Microsoft ha anunciado Windows 11, y aunque en realidad no trae excesivos cambios sí que es la primera versión que va a establecer equipos de primera y de segunda. O sea, aquellos que pueden ejecutar Windows 11 y los que no. Los cambios se pueden resumir a algunos ajustes visuales, de usabilidad, DirectStorage y ejecución de aplicaciones Android, pero son características que precisan de opciones de seguridad avanzadas a través del módulo de plataforma de confianza (TPM).
Ese es el primer gran requisito insalvable. Si tu placa base lo integra, que no es lo habitual, pues bienvenido a Windows 10. Suele venir integrado en las placas base con los chipsets más caros, como los Z590, que son las menos vendidas. Generalmente aparecerá en el BIOS como «PCH-FW» o similar como ocurre en mi Z490-F Gaming de ASUS que además el parámetro específico es «PTT» para el procesador Intel. La X570-F Gaming del equipo de pruebas no integra TPM sino que hay un cabezal y en el BIOS se configura en un apartado «fTPM» (firmware de TPM). Ese cabezal es lo más habitual, y es para instalarle una microtarjeta TPM la cual tendréis que comprar por 10-20 euros. Es una característica obligatoria para las placas base desde 2016, por lo que si es reciente podréis activarlo de una forma u otra. Para los modelos anteriores tendréis que mirar si tiene cabezal TPM y si es compatible con la versión 2.0. También precisará de la activación del arranque seguro de Windows 10 en la UEFI.
Microsoft ha actualizado una herramienta denominada Comprobación de estado del PC para saber si se puede instalar o no Windows 11 en un equipo. Os dejo también un enlace directo al archivo. No es una herramienta que sea de mucha ayuda a la hora de saber qué falta por activar para instalar Windows 11, pero al menos os avisará cuando esté todo correcto para instalar Windows 11.
El resto de requisitos son 4 GB de RAM, 64 GB de almacenamiento, procesador de 64 bits y al menos dos núcleos a 1 GHz, tarjeta gráfica compatible DirectX 12 y WDDM 2, pantalla de 9 pulgadas o más a 720p, y la inevitable conexión a internet.