La nueva geopolítica está poniendo el foco en Oriente y la dependencia que Occidente tiene en la producción de chips en la región. Los países de la Unión Europea y EE. UU. están buscando expandir el número y capacidad de producción de las fábricas de semiconductores viendo que China está buscando la autosuficiencia de producción. Por eso no es raro que el Gobierno de los EE. UU. proceda a presionar a compañías como TSMC para que reconsideren la expansión de producción que pueda beneficiar a China.
TSMC quiere expandir su fábrica de Nankín (China) para producir otras 40 000 obleas mensuales de su proceso de 28 nm, terminando la expansión a mediados de 2023. La compañía también está procediendo a expandir su producción en los EUA a base de subsidios estatales, lo cual también ha recibido críticas por parte del Gobierno chino, poniendo a la compañía entre la espada y la pared. Esa planta a ser construida en Arizona tendrá capacidad para 20 000 obleas y empezará a fabricar a 5 nm en 2024.
También hay críticas a esa política de dar subsidios a empresas extranjeras de semiconductores. Pat Gelsinger, que solo lleva unos meses como director ejecutivo de Intel, ha sugerido que el Gobierno federal no invierta los impuestos de los contribuyentes en las empresas estadounidenses para fomentar las tecnologías propias y la capacidad de producción propia del país. Hay empresas como GlobalFoundries o la propia Intel que podrían beneficiarse de esos subsidios entre otras muchas, pero TSMC es la principal fundición de chips punteros de Apple o AMD, entre otras grandes tecnológicas.
Vía: TechPowerUp.