Medio mundo se ha dado cuenta bastante tarde de que los chips son un producto estratégico para la seguridad comercial de los países. Pero la producción de chips estaba desplazada mayormente a Asia por lo que desde mediados del año pasado los principales gobiernos de Occidente han estado trazando planes para atraer la producción de chips a sus países. Todo pasa por conceder subsidios para que la producción sea rentable. La Unión Europea aprobó su ley de chips a principios de año, pero en EE. UU. ha llevado más tiempo pero finalmente se ha aprobado en el Senado su propia ley de chips.
La votación ha salido adelante con 64 votos a favor y 33 en contra y es un plan de 76 000 M$, de los cuales 52 000 M$ son para subsidios e incentivos y otros 24 000 M$ serán para créditos fiscales construir nuevas fábricas. La ley en realidad es una ley de chips y ciencia, por lo que incluye otro paquete de ayudas de 170 000 M$ en los próximos cinco años para I+D. Queda que revise la ley la Cámara de Representantes (la cámara baja del Congreso estadounidense) y luego enviarán la ley para que la firma el presidente-momia Biden.
Intel estaba pendiente de la aprobación de la ley, avisando de que si no se aprobaba pronto se llevaría su inversión a otras partes del mundo. No está muy claro cómo aprovecharán la ley otras compañías como AMD (diseñadora) o GlobalFoundries (productora).