Estados Unidos de América está llevando una campaña de bloqueo de tecnología punta que vaya dirigida a China y Rusia. Es una guerra comercial abierta y que cada mes deja un nuevo titular, y en este caso afecta específicamente a NVIDIA y a sus productos A100 y H100. Son tarjetas gráficas para computación, las más potentes de su tipo, por lo que el Gobierno de Biden sigue temiendo que se use para desarrollo armamentístico.
De hecho lo dice explícitamente en el documento de la Comisión de Valores y Bolsa (SEC): «la nueva licencia hará frente al riesgo de que los productos indicados puedan ser usados o redirigidos a militares o se les dé un uso militar en China y Rusia». Biden haciendo amigos en medio mundo mientras en Europa le aplaudimos como monos amaestrados.
Para el caso, y por los posibles modelos nuevos que NVIDIA pudiera crear, la solicitud de licencia de exportación se aplica a toda tarjeta con una potencia equiparable o superior a la A100. Además indica que 400 millones de dólares de estas tarjetas gráficas que se pretenden vender a China en el cuarto trimestre estarán sujetas a la nueva licencia de exportación.
Esto es básicamente postureo para presionar a China y Rusia, aunque en la práctica sirven de poco. Hay actualmente tantas alternativas de procesadores (CPU y GPU) para computación de alto rendimiento que si no pueden comprar las A100 y H100 comprarán otros productos. Puede que requieran más espacio y que consuman más —no me malinterpretéis porque no son problemas menores—, pero o Biden prohibe cualquier tipo de venta de CPU y GPU a China o estas prohibiciones puntuales no servirán de nada.
Al menos creo que el Gobierno de Biden está en ello, y eso puede perjudicar a sus propias empresas de semiconductores. Siendo para centros de datos al final no creo que afecte mucho porque para las A100 y H100 —y los DGX que las incluyen— hay listas de espera kilométricas para hacerse con una, pero le resultará molesto a NVIDIA. Y quién sabe, igual Biden concede las licencias de exportación a China y Rusia de estos equipos —permitidme que me ría en este momento—.