Análisis: MSI B760M Gaming Plus Wifi review en español

Las placas base que mejor equilibran coste y características para los procesadores de Intel de 12.ª a 14.ª generación son las de chips B760. Puede haber modelos bastante caros, pero normalmente tienen precios más contenidos. Los modelos con wifi y Bluetooth son más caros, por lo que la B760M Gaming Plus Wifi de MSI de este análisis queda en un terreno intermedio con su coste en torno a los 175 euros, pero hace equilibrios con el resto de características.

Desembalado y características

Esta placa base tiene un formato micro-ATX por lo que llega en una caja más pequeña de lo habitual. Al abrir la caja lo primero que se ve es la placa base debidamente protegida en una bolsa, y en la parte superior se encuentra la placa metálica para la zona de puertos traseros, un cable SATA3, dos antenas de wifi, y tornillos para las ranuras M.2. También se incluye una guía de instalación rápida y un libreto de conformidad legal, en este caso para la UE.

El tamaño es el habitual de 24.4 cm × 24.4 cm de los modelos que incluye cuatro ranuras DIMM como es el caso. Funciona con DDR5 y se debería poder usar al menos módulos de 6800 MHz a través de los perfiles de memoria (XMP 3.0). Lo recomendable con estas placas base de DDR5 es usar solo dos módulos, por lo que los 32 GB es lo estándar a comprar con estos equipos si se quiere que aguanten unos cuantos años. Al poner cuatro módulos se estresa el controlador de memoria y no van a funcionar a más de 5600 MHz generalmente si son módulos de dos bancos, o 6000 MHz si son de un banco por módulo —es una de las mejoras del chipset B760 frente al B660—. Hay que revisar lo que dice el fabricante en la web sobre compatibilidad de memoria.

La placa base, por su tamaño, solo incluye dos ranuras M.2, ambas PCIe 4.0 ×4, y una solo con un disipador de aluminio. Se podría echar en falta una PCIe 5.0 ×4, pero eso conformaría un modelo más caro, y no es la orientación de esta placa base. También hay cuatro tomas SATA3 para discos duros o SSD.

En la parte principal de la placa base se pueden ver dos ranuras PCIe 4.0 ×16, pero una es físicamente ×4. También hay una PCIe 3 ×1. El sistema de alimentación de la CPU es de doce etapas para la CPU y de una sola etapa para la memoria. El VRM está bien refrigerado, aunque tampoco sea el mejor sistema ni incluya los mejores componentes para realizar sobrefrecuencia de la CPU.

En el panel posterior de conexiones hay una toma PS/2, dos USB 2.0, dos DisplayPort 1.4, dos HDMI 2.1, dos USB 3.0, dos USB 3.1, una RJ-45, dos de antenas, y tres de audio de 3.5 mm. En la placa base hay para un USB 3.0 tipo C frontal, y dos para USB 3.0 y dos de USB 2.0. La conectividad no es extraordinaria por la falta de algún USB tipo C. Sí incluye Wi-Fi 6E y Bluetooth 5.3, con los cuales no he tenido ningún problema de uso con un ratón y unos auriculares conectados por Bluetooth, y el wifi a un rúter Wi-Fi 6.

Debido al tamaño micro-ATX se incluye solo una toma de cuatro pines para CPU, dos para ventiladores de caja y una para refrigeración líquida integrada. También dispone de tres para componentes y accesorios con ARGB. El códec de audio es un ALC897 de Realtek, que junto a otros componentes permite sonido de 24 bits y 192 kHz.

UEFI

La UEFI desarrollada por MSI, llamada Click BIOS 5, no es muy distinta que la de otras compañías aunque con su propio foco en la pantalla principal. Por ejemplo, se muestran rápidamente los perfiles de memori (XMP 3.0 y EXPO) de los módulos Vucan Eco de DDR5-6000 que he usado durante el análisis. Se puede cambiar entre ellos rápidamente con un clic desde aquí, así como el orden en el arranque de los dispositivosc onectados, se puede ir a la curva de ventiladores, y otras características importantes.

Luego el modo avanzado, que como siempre se acceder pulsando F7, tiene una organización que no me gusta tanto, pero a la que no le falta ninguna opción. Igual está todo un poco más liado de lo que me gusta. Además, aunque se puede hacer sobrefrecuencia de CPU y GPU, no he visto ninguna opción de auto-OC para la CPU, que en la UEFI de otros fabricantes sí que existe. Para los que no sepan mucho de estas cosas tendrán que hacerlo manualmente, por lo que dejan un poco de rendimiento gratis sin usar.

Programa de configuración

El programa de configuración de la placa base de MSI es Center, y realmente es un programa bastante sencillo. Permite supervisar parámetros de la CPU, GPU y placa base, y si se instala el módulo User Scenario, que debería de estar instalado por defecto, se puede modificar al vuelo la CPU, GPU y DRAM, así como los ventiladores. Cuando se instala da opción de instalar una serie de programas que pueden venir bien a algunos usuarios. Como se puede evitar su instalación, no me parece mal.

Un problema que le veo es que cuando te da opción de instalar módulos ni siquiera te dice exactamente qué hacen, por lo que los podrías instalar a ciergas y luego probarlos, cosa de la que no soy partidiario, o no instalarlos. MSI debería de explicar mucho más los módulos. Por ejemplo, no se dice nada de «AI Engine», «Super Charger» o «Devices Speed Up». Del resto solo pone un par de líneas. Poca información de los módulos adicionales a instalar.

Pruebas

Para las pruebas no voy a entrar a fondo a explorar absolutamente todos los aspectos de la placa base porque, como sabréis los parroquianos de la web, no es el tipo de análisis que hacemos. Me centro más en los aspectos prácticos, que en una placa base base son las capacidades de sobrefrecuencia automáticas que incluye la UEFI del fabricante, y las temperaturas de funcionamiento del VRM —lo cual es algo fundamental—.

En este caso, el módulo de regulación de voltaje de la placa base o sistema de alimentación, de doce etapa para la CPU y solo una para la memoria. No hay función de auto-OC, por lo que la CPU se queda con un consumo base de unos 180-190 W, que normalmente es lo que consume ligeramente subido a 4.8/3.8 GHz (turbo núcleos P/E) con todos los núcleos activos en lugar de los 4.7/3.6 GHz normales, que es como está funcionando. De hecho no llega a 4.7/3.6, se queda ligeramente por debajo. En otras placas base llega a esa cantidad exactamente.

El circuito de la DRAM sí que está bien implementado. La memoria Vulcan Eco de DDR5-6000 de TeamGroup que analicé hace unos días puede ponerse fácilmente a DDR5-6800 con subtiempos 36-44-44-94 funcionando a 1.45 V en lugar de a 1.5 V como me ocurría con la Prime Z690-P de ASUS que uso para las pruebas. De hecho, incluso cuando se pone a DDR5-6600 34-40-40-40-88 funciona a 1.35 V en lugar de a 1.45 V, por lo que por ese lado esta B760 tiene un buen circuito de memoria, estable y que permite bastante sobrefrecuencia de los módulos de DRAM. Al menos estos Vulcan Eco, que tienen unos PMIC muy mejorados para OC.

En cuanto al VRM, en reposo se queda en unos 45 ºC (∆19 ºC), mientras que con un uso ligero del equipo en los 52 ºC (∆26 ºC), pero en una prueba de rendimiento con es Cinebench R23, tras dejarla durante media hora el VRM está a 71 ºC (∆45 ºC). Es un valor muy alto que indica que no es un VRM especialmente pensado para overclocking, que por otro lado efectivamente no es una placa base pensada para ello. Incluso una pequeña subida manual del procesador a 4.8/3.8 GHz, además de que dispara la temperatura de la CPU a los 90-95 ºC, el VRM pasa los 80 ºC. No es preocupante, porque los MOSFET aguantan fácilmente 100 ºC sin problemas, pero los componentes circundantes ciertamente no.

Por último, desde el momento en que se da al botón de encendido y arranca del todo Windows 11 con la caja de autenticación preparada pasan 15.6 s con la SSD usada en este equipo, una XPG Gammix S11 de ADATA de 480 GB de capacidad.

Conclusión

Las placas base han estado subiendo mucho de precio en los últimos años principalmente por un factor: PCIe 4.0. El otro, la inflación occidental, también ha pesado bastante, pero menos en realidad porque las placas base son un producto que con el tiempo bajan de precio. Eso hace que las placas base con chipset B760 prácticamente empiecen en los 140 euros, por lo que los 175 euros de esta B760M Gaming Plus Wifi de MSI, aunque es alto, resulta interesante para lo que ofrece.

La compañía ha hecho algunos recortes para ajustar el precio que realmente no afectarán demasiado al usuario final. La falta de una ranura PCIe 5.0 para la tarjeta gráfica realmente no afectará al rendimiento porque no hay tarjetas que saturen una conexión PCIe 4.0 ×8, por lo que la conexión PCIe 4.0 ×16 será suficiente para las tarjetas gráficas más potentes que se lancen de aquí a dentro de una década. Tampoco se echa en falta una M.2 PCIe 5.0 por prácticamente el mismo motivo —no aportan diferencia para el usuario final—.

El sistema de alimentación de la CPU está bien, pero no tiene excesivo margen de subida por la refrigeración del VRM. Está bien para el funcionamiento a frecuencias de serie, pero los MOSFET superan los 71 ºC con un Core i7-12700K en Cibench R23 con unos 180 W de consumo. Otros procesadores más comedidos como un Core i5-14400 se situarán más sobre los 60-65 ºC, por lo que tampoco es algo problemático. No creo que nadie quiera combinar un Core i9-14900K con esta placa base, pero tendría poco margen de subida del procesador sin que los MOSFET alcanzaran o superaran los cien grados. No es un problema ellos, sino los componentes de su alrededor.

También se ha recortado en los puertos traseros, donde curiosamente se incluyen cuatro de vídeo, que no tengo claro si lo aprovecharán más de una decena de compradores de esta placa base en el mundo, pero ningún USB tipo C. El cambio legislativo en la UE está haciendo que los fabricantes de dispositivos, como altavoces por ejemplo, opten ya por incluir solo cables USB tipo C a USB tipo C. Hay adaptadores a USB tipo A, pero una placa generalista ya tendría que incluir al menos un USB tipo C.

Por el tamaño de la placa base solo da para la inclusión de dos ranuras M.2, lo cual hay que tenerlo en cuenta antes de comprar este formato. Una de ellas va a quedar debajo de la tarjeta gráfica si tiene tres ranuras PCIe de ancho además de que no tiene disipador integrado, mientras que el otro sí lo tiene y está en una posición cercana a la CPU porque usa los cuatro canales PCIe que salen directamente de ella. El diseño de la placa base de MSI hace que la refrigeración que he usado, una A115 de Corsair, quede prácticamente pegada a la tarjeta gráfica, una RTX 4090 de PNY. Hay que tener cuidado con el tamaño de la refrigeración. Nuevamente, es una placa base para equipos de gama media, no gama alta, pero aun así hay que tener cuidado con estas refrigeraciones por aire de gran tamaño.

Por lo demás, la conectividad wifi es excelente, siendo Wi-Fi 6E, y tiene Bluetooth 5.3, que junto a un RJ-45 de 2.5 Gb/s se hace más que suficiente para las necesidades del común de los mortales. Su diseño es bonito, combinando gris metálico, negro y azul, y es un aspecto positivo para los que quieran algo un poco más llamativo. En general es un modelo muy interesante por debajo de los 200 euros.

Puntuación