Qualcomm es una empresa con mala reputación en sus prácticas competitivas y que le valió hace no tantos años diversas investigaciones gubernamentales por abuso de posición dominante con el resultado de varias sanciones impuestas. Así que siguiendo con esas prácticas, tras la compra de Nuvia tuvo problemas legales con Arm, hasta el punto de que le exigió que destruyera la propiedad intelectual desarrollada. Es básicamente la arquitectura de los núcleos Oryon de los Snapdragon X y el Snapdragon 8 Elite recién anunciado. Como no lo ha hecho, Arm ha decidido revocarle la licencia de explotación de la arquitectura ARM a Qualcomm.

Nuvia no tenía licencia Arm desde marzo de 2022, por lo que todo lo desarrollado por Nuvia no podía comercializarse. El problema de fondo está en la transferencia de lo desarrollado sobre la arquitectura ARM. Al transferirla de Nuvia a Qualcomm, Arm tenía que aprobarlo según los términos de licencia y eso nunca ocurrió.

Por su parte, Qualcomm asegura que son las mismas «amenazas infundadas diseñadas para doblegar a un socio antiguo, interferir con nuestras CPU líderes en rendimiento y aumentar las regalías independientemente de los amplios derechos que nos da nuestra licencia de arquitectura.». También menciona que el juicio por la demanda de Arm a Qualcomm se celebrará en diciembre, y de ahí que diga que es un intento de doblegarle para que acepte los términos que quiera Arm. Qualcomm espera que en el juicio se vea que los derechos de licencia otorgados por Arm permitían esa transferencia de propiedad intelectual entre Nuvia y Qualcomm. «La conducta anticompetitiva de Arm es intolerable», y lo dice quien ha sido castigado por llevar a cabo prácticas anticompetitivas.