Diversas declaraciones de Pat Gelsinger, director ejecutivo de Intel, habrían generado tensiones con TSMC desde su regreso a Intel, afectando significativamente a la relación entre ambas empresas y costando a Intel un descuento del 40 % en las obleas de última generación del gigante taiwanés. Este descuento era un incentivo clave para Intel en su estrategia de externalizar la fabricación de sus chips de alto rendimiento.
La situación se remonta a los comentarios públicos que Gelsinger inició en 2021 en los que resaltó la importancia de reducir la dependencia de la industria tecnológica de Taiwán debido a la tensa situación geopolítica en la región. Según informes, estas declaraciones habrían molestado a los ejecutivos de TSMC, quienes interpretaron sus palabras como una amenaza a la confianza y estabilidad de las colaboraciones futuras. De acuerdo con las fuentes, TSMC decidió retirar el descuento tras los continuos comentarios de Gelsinger al respecto, aumentando así el coste que enfrentará Intel para mantenerse competitivo en tecnología de chips de punta.
La tensión surge en un momento crucial, ya que Intel, que intenta recuperar su posición frente a competidores como AMD y NVIDIA, depende del acceso a los avanzados nodos de TSMC para algunos de sus productos punteros, incluidos sus procesadores para centros de datos y otro hardware de alto rendimiento. Intel ha estado destinando una parte significativa de su producción a fábricas de terceros, incluida TSMC, para aprovechar los beneficios en eficiencia y costes que ofrecen los nodos avanzados, como el de 3 nm, en el que se enfrenta a un coste más alto.
Este incidente subraya los riesgos de la compleja relación entre las tecnológicas de EUA y los fabricantes taiwaneses, especialmente en un contexto en el que Estados Unidos busca fortalecer su producción local de semiconductores.