Aunque Intel está pasando por dificultades económicas, no es algo que vaya a hacer desaparecer la empresa. Así que tras otra ronda de miles despidos, cierre de proyectos y venta de activos, la compañía está poniendo en orden sus planes de expansión. Hay alguna fábrica de las nuevas cuyo desarrollo ha sido paralizado, pero está abriéndose a nuevas oportunidades. Así que la compañía continúa sus planes de expansión a Ohio (EUA) con dos fábricas en el condado de Licking para tener acceso a los 8500 M$ de subvenciones de la Ley CHIPS aprobada ya hace más de dos años.
El Ministerio de Comercio estadounidense estableció una serie de condiciones para liberar los fondos, entre los que se pedía un plan de mayor calado de expansión de producción en EUA. Otras condiciones no han trascendido, pero la compañía ha conseguido con ello desbloquear los 3500 M$ del programa Enclave Seguro del Ministerio de Defensa para la producción de chips estratégicos para la seguridad nacional. La construcción de ambas fábricas supondrá 7000 empleados en las obras y 3000 puestos fijos en su operación.
Para conseguir los fondos para las fábricas, Intel va a recortar el gasto en proyectos de investigación y su gasto de capital de otros proyectos de la compañía, además de que probablemente siga con los despidos que superarán los 15 000 empleados durante este año. También ha detenido el reparto de dividendos, además de que ha detenido las fábricas en Polonia y Alemania durante dos años, y la venta de Altera al mejor postor.