La saga de Civilization es el referente en los juegos de estrategia por turnos, y ha tenido sus altibajos desde que en 1991 apareciera la primera entrega. El más reciente de ellos ha sido Civilization: Beyond Earth, un intento de adaptación de Alpha Centauri, ambos de la mano de Sid Meier.

Beyond Earth no es que estuviera mal, y cuando lo analicé el año pasado lo dejé claro. Pero no era un digno sucesor de Civilization V, que ha dejado el listón demasiado alto al resto de componentes de la saga. El problema es que le faltaba un factor que te volviera adicto a él, que mis 1266 horas jugadas en la actualización a Civilization V demuestran que llevo cinco años engañado. Soy un fan de los juegos de estrategia por turnos, ¡qué le vamos a hacer!

Pero Firaxis ha conseguido redimirse (un poco) con Rising Tide, partiendo de muchas cosas que debía corregir, y lo ha hecho añadiendo una gran cantidad de elementos nuevos y puliendo los ya existentes como para que el juego sea más interesante.

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Muchas novedades, pero no del todo equilibradas

Rising Tide no está exenta de las habituales mejoras de lo básica de una expansión de Civilization, como por ejemplo nuevas civilizaciones (mecenas como se les conoce en Beyond Earth) que controlar con nuevas características especiales, nuevas unidades y nuevas investigaciones.

Capital diplomático

Quizás donde más brille esta ampliación es por el completo remozamiento del sistema de diplomacia, que es además el mejor que se ha hecho hasta ahora en un Civilization, pero que también es una fuente de problemas para el equilibrio de las partidas. Los mecenas ahora cuentan con una serie de rasgos de personalidad que se podrán adquirir generando capital diplomático mediante edificios y otros tratos.

Los rasogs de personalidad proporcionan ventajas, como Salud o Energía, pero también otros varios, y de los que se podrán tener hasta de tres tipos aparte de con el que comienza el mecenas: personalidad, políticos, nacionales y militares. Al elegir uno de estos, también se habilitará negociar su uso por parte de otros mecenas a cambio de capital diplomático, y cada rasgo de personalidad tiene hasta tres niveles que se pueden comprar con capital diplomático.

El sistema en sí es interesante y útil, pero se presta fácilmente a que el jugador se aproveche de ello, y por tanto si bien la idea es buena, en última instancia pone mucho más fáciles las cosas al jugador, incluso en los niveles más difíciles.

Artefactos

Otro aspecto que me ha parecido muy interesante de la expansión es que los exploradores podrán encontrar en las cápsulas de recursos diversos artefactos, de los que se podrán combinar varios para desbloquear antes de tiempo ciertas mejoras, u obtener nuevas características para las unidades y ciudades, como por ejemplo que las ciudades podrán disparar por encima de colinas.

Puesto que los puntos de expediciones seguirán apareciendo durante todo el juego, esto hará que haya un motivo para seguir creando exploradores y enviándolos a explorar.

Ciudades acuáticas

Un inmenso océano, tecnología avanzada y la imposibilidad de crear ciudades en el mar. Ese punto de partida en Beyond Earth me pareció muy flojo, y por eso siempre dio la sensación de que era un producto a medio terminar. Afortunadamente Rising Tide ha ido tapando todos los agujeros que tenía en cuanto a jugabilidad y características, y ahora se podrán crear ciudades acuáticas.

Estas ciudades se podrán crear sólo en zonas costeras, pero se podrán mover con el tiempo a casillas de océano mediante una producción especial que requerirá varios turnos para completarse. Las ciudades tendrán mejoras específicas, como un edificio de defensa que mejorará el daño de la ciudad un 20 %, y en general le da un toque fresco a la expansión con nuevas características. Pero en última instancia, es un elemento a medio pulir y algo desequilibrado.

Afinidades híbridas

En esta ocasión las tres ramas de desarrollo de la civilización han sido aderezadas de afinidades híbridas, desbloqueadas cuando se va subiendo al mismo tiempo el nivel de afinidad de dos ramas. Habrá características especiales disponibles para las unidades al aumentar a 7-7 dos de las afinidades, y en algunos casos son características mucho más interesantes que las habituales de subir por una sola rama.

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Todo pasa por mejorar la inteligencia artificial

Uno de los problemas de Beyond Earth es que la inteligencia artificial brillaba por su ausencia. Ahora ese problema no está totalmente resuelto, pero al menos queda claro que al menos te va a intentar poner las cosas feas. Pero sólo en los dos últimos niveles de dificultad, ya que el resto sigue sin estar equilibrado. Puedes pasarte toda una partida sin que nadie te declare la guerra, o que te la declaren y nunca envíen tropas a atacarte.

Todos los añadidos del juegos están bien orientados, pero en algunos casos están mal ejecutados. Para el jugador principiante hay un exceso de opciones que mirar, y son cosas que se resuelve en parte, como suele ocurrir en los juegos de estrategia, después de que inicias dos o tres partidas y te pasas unas horas jugando. Pero son muchas cosas a mirar y tener en cuenta.

Ahora que Rising Tide ha traído un equilibrio entre características e inteligencia artificial, Firaxis necesita mejorar el equilibrio de los distintos elementos del juego en próximos parches. Hay combinaciones que desequilibran totalmente la partida si el jugador opta por ellas, y es una consecuencia directa de haber introducido gran cantidad de novedades. En algunos casos, demasiadas.

Pero en conjunto el juego es más adictivo, y te va a enganchar mucho más de lo que hizo Civilization: Beyond Earth en el momento de llegar al mercado el año pasado. Pero en el fondo el problema de este juego es la extraña rama de investigaciones que tiene, centrada en las complejidades de las afinidades. Si hubieran cogido los elementos de Civilization V y los hubieran llevado a Beyond Earth, el juego habría sido un éxito.

En última instancia, Firaxis todavía tiene muchos elementos que pulir debido a la innovación innecesaria acometida en este juego con respecto a Civilization V, que poco a poco va mejorando.