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Microsoft no lo ha tenido fácil en la adqusición de Activision Blizzard porque los gobiernos anglosajones han puesto una buena cantidad de trabas. Pero las promesas de Microsoft sobre cómo trataría a Activision Blizzard, básicamente como una empresa independiente, se rompió la semana pasada al realizar una ronda de despidos que afectó a más de mil empleados de Activision Blizzard. Microsoft se justificó en el habitual «son puestos redundantes» y aprovechó para cancelar proyectos. Pero eso precisamente va en contra de lo prometido.

Activision y Blizzard han tenido varias demandas en los últimos años por discriminación sexual, inspecciones de trabajo por condiciones laborales impropias, y otra serie de denuncias que han hecho mella en la reputación de la compañía. Tras el cambio de dueño a Microsoft y el despido de una buena parte de la plantilla de Activision Blizzard, los cambios llegan a la dirección organizativa. Era previsible el perfil que tendría el nuevo director general, que ha fructificado en darle el puesto a Johanna Faries.

Microsoft cerró la compra de Activision Blizzard hace unos tres meses, y desde entonces ha mantenido un perfil bajo, sin noticias, y probablemente estableciendo el plan de fusión con la estructura de la empresa. Eso implica inevitablemente despidos, principalmente de puesto redundantes con los que tiene Microsoft en su división de Xbox como los de administración, pero también cancelando proyectos. Eso ha llevado a la compañía a anunciar el despedido de 1900 empleados de Activision Blizzard.

Desde que Microsoft anunciara la compra de Activision Blizzard King, en la dirección de Sony han estado inquietos. Una compra de tal magnitud sin duda va a tener un impacto en el negocio de la japonesa, aunque siga teniendo un volumen de mercado mayor en el sector de los videojuegos. Pero prevén que la adquisición les reduzca los ingresos en unos 1800 millones de dólares para 2027, aunque haya otros motivos de fondo.

Después de casi dos años, la compra más cara de una empresa en el sector de los videojuegos se da por cerrada. Y con éxito, que no es poco. Microsoft indicó la semana pasada que esperaba cerrar la compra de Activision Blizzard King este viernes 13 de octubre de 2023, y así ha sido. La agencia de regulación de la competencia de Reino Unido ha dado su visto bueno definitivo a la operación tras un tira y afloja debido a la inexperiencia de sus funcionarios. Anteriormente esta materia la llevaban desde Bruselas, y tras el brexit se han quedado en la pérfida Albión los niños tontos del gobierno al cargo de la supervisión de la competencia.

De los martes 13 hay un dicho que dice que ni te cases ni te embarques. Son el día de mala suerte por excelencia en la esfera hispanohablante. Pero de los viernes 13 en la anglófona suele tener unos toques más sangrientos. Y un viernes 13 de octubre de 2023 es el día en el que Microsoft espera cerrar la compra de Activision Blizzard, tras un auténtico culebrón de dos años y un coste de 68 700 millones de dólares.

El plazo original para completar la compra de Activision Blizzard King por parte de Microsoft terminó en julio, por lo que la compañía tenía la opción de acabar con el acuerdo o reestructurarlo. Ha hecho esto último porque en realidad el escollo más importante ha sido el de Reino Unido, cuya agencia reguladora de competencia, con gente inexperta porque esto dependía hasta hace poco de la Unión Europea, rechazó la propuesta de compra alegando la posición ventajosa de Microsoft en el juego en la nube.

Se empiezan a acelerar los rumores sobre la sucesora de la Switch. El último hablaba de que podría incluir una iGPU de 2048 sombreadores, pero ahora los rumores dicen que más bien tendría sobre los 1280, lo cual reduciría sustancialmente el rendimiento frente al rumor previo. Lo que parece evidente es que si Nintendo planea el lanzamiento de esta «Switch 2», o como se llame, a principios del año que viene, los estudios de videojuegos ya deben de estar trabajando con ella.

La fecha límite para el cierre de la compra de Activision Blizzard por parte de Microsoft expiró el mes pasado y desde entonces no se ha comentado casi nada al respecto. Ahora Microsoft ha dado un paso para intentar que siga adelante, consiguiendo la aprobación del gobierno de Reino Unido al ofrecer que venderá los derechos de juego en la nube de los títulos de Activision Blizzard a su rival Ubisoft. Con ello este escollo de su predominio en el sector del juego en la nube quedaría resuelto totalmente en cualquier jurisdicción.

Microsoft ha firmado diversos acuerdos para llevar o mantener Call of Duty a diversas plataformas durante diez años siempre y cuando su compra de Activision Blizzard se cierre con éxito. El último ha sido con Sony, que no ha sido demasiado inesperado puesto que la compañía nunca ha visto internamente a Call of Duty como una necesidad para mantener su liderato en el sector de las consolas. Pero de cara a la galería, Sony no ha dejado de decir desde hace más de un año que la compra de Activision iba a perjudicarle seriamente.