Los estudios de Hollywood sólo se preocupan de una cosa: la recaudación en la taquilla. Que una película tenga o no una secuela depende del rendimiento que el estudio considere como suficiente. En el caso de producciones más o menos modestas, como Kingsman: el Servicio Secreto, una recaudación de 412 millones de dólares es suficiente para dar luz verde a una secuela. Si la película tiene un perfil mayor que esta, pero una recaudación ligeramente superior, puede no tenerla.
Una de las películas que mayor expectación habían generado antes de su estreno ha sido Terminator: Génesis. El estudio no paró de promocionarla pues, por un lado, trataba de ser fiel al espíritu de las dos primeras películas, mientras que por otro reiniciaba la historia para poder rodar futuras secuelas. Sin embargo, su taquilla global de 440 millones de dólares han defraudado a sus responsables.
La película tuvo un presupuesto de 150 millones, a los que hay que añadir los costes de distribución y publicidad, con lo que el resultado final no es tan bueno como parece. Esto ha hecho que se de el alto a las nuevas secuelas de Terminator que estaban planeadas, aplazándose de forma indefinidas. Quizá en un futuro sean retomadas, pero no por el momento, pues se comenta que la película podría acabar perdiendo dinero. Y es que la contabilidad de Hollywood es famosa por lo creativa que es.
Vía: The Hollywood Reporter.