The Acolyte no ha dejado indiferente a casi nadie, siendo una superproducción de Disney para su servicio de vídeo bajo demanda. Es una serie cuya producción ha costado más de 180 millones de dólares, a más de 20 millones por episodio, y lo que ha conseguido es aunar a la crítica y al espectador es que es un pedazo de mierda audiovisual. Salvo, claro está, que seas de la crítica no crítica, de la que recibe dinero por hacer un masajeo de genitales a cambio de dinero por la publicidad. Afortunadamente, The Acolyte ha pasado a mejor vida porque ha sido directamente cancelada.
El tono del título y del artículo lo reservaba para cuando anunciaran la cancelación. No he tratado este asunto antes porque con solo ver parte del primer episodio ya me quería arrancar los ojos y sabía que la cancelarían. Tras la generación espontánea de usuarios de la Fuerza mediante rituales neosatánicos, pues ya no tenía mucho sentido seguir viéndola porque desgraciaron lo especial que tenía Anakin Skywalker, aunque esa teoría nunca me convenció.
Han sido varios meses en los que los masajeadores de genitales se han dedicado a descalificar a los que criticaban The Acolyte por no tener nada que ver con Star Wars. Como no podían decir nada bueno de los combates, la estética, los personajes, la actuación o cualquier elemento artístico, lo único que eran capaces de alabar era la diversidad racial y sexual que había en la serie. O sea, artísticamente es una serie de mierda, y solo hay que ver cómo arden naves espaciales en el espacio (!) o el mal desarrollo de los combates importantes, por no mencionar las actuaciones deplorables de la mayoría de actores, incluso de los muy famosos.
No se puede poner a alguien que no tiene ni puta idea de lo que es Star Wars a crear guiones de Star Wars simplemente porque es una persona diversa. Para nada estoy criticando la diversidad —que me imagino que cuando hagan una película de Shaka Zulú cogerán a Henry Cavill para interpretarlo y meterán chinos y árabes entre los miembros de sus huestes—, sino que no puedes plantar un pino como este y defenderlo alabando su diversidad. Es un producto de Star Wars, una serie en la que de siempre ha habido mucha diversidad. Si no se parece a eso, es que has hecho una mierda, un mojón silvestre que ahuyentará a cualquiera. Y eso han conseguido.
No sé si Disney aprenderá de estas mierdas que está produciendo, pero al menos nos ha caído este verano Deadpool and Wolverine, por lo que todavía hay esperanzas en que la compañía haga películas en condiciones.