La presentación oficial de Android 5.0 Lollipop y las primeras versiones del mismo para varios teléfonos ha tenido un efecto dispar entre los usuarios. Algunos no notan (o no han sufrido) los múltiples fallos que tiene, pero los fabricantes han estado retrasando el lanzamiento de esta actualización para dispositivos con menor memoria.
Para algunos como el Moto G, sus usuarios esperan la actualización, pero deberá esperar a que Google libere próximamente un parche para corregir un uso desmedido de memoria RAM por parte del sistema operativo. Esto puede llevar a que ocupe hasta 1,3 GB de memoria en terminales con 2GB disponibles, lo cual provoca que el resto de aplicaciones vayan lentas o se cierren solas.
Es un problema de Android 5.0 en sí y no de terminales específicos. Este fallo, unido a otros bugs como consumos desmedidos de batería o problemas en la conectividad Wi-Fi, además de una lentitud generalizada en el cambio entre aplicaciones o de la interfaz, están siendo el pan nuestro de cada día.
Tener que lanzar anualmente nuevas versiones de los sistemas operativos (iOS y Android específicamente, pero también OS X) está provocando que lleguen versiones con una enorme cantidad de fallos. Esto afecta a la experiencia de usuario, y que de forma análoga a lo que está ocurriendo en el mundo de los videojuegos, harían bien en retrasar los lanzamientos para asegurar que están exentos de fallos. O al menos de fallos que afecten a un amplio sector de los usuarios. Estamos cansados de utilizar productos a medio terminar, gracias.
Vía: SlashGear.