Tesla está embarcada en revolucionar el sector de las baterías caseras con Tesla Powerwall, pero hasta que se pongan a la venta y se vea lo bien o mal que se venden le va a ocasionar pérdidas a la compañía. Esto y una desaceleración en la venta de sus coches, junto con algún otro traspiés en China, ha hecho que termine el primer trimestre con pérdidas de 45 millones de dólares.
Los ingresos de la compañía ascendieron a 1.100 M$, que mejora con respecto a los 1.040 millones esperados, ya que ha vendido 10.045 coches Model S en vez de 10.030. En total han producido 11.160 vehículos, un 10% por encima de sus expectativas. Por los pelos, como se suele decir. Pero las expectativas iniciales de la compañía son vender 55.000 coches este año, y lo tiene un poco difícil conseguirlo, aunque puede quedarse cerca, y sin duda venderán bastantes más que las 33.000 unidades de 2014.
Tesla tiene actualmente 1.510 millones de dólares en sus bancos, que es una cantidad bastante justa para las fuertes inversiones que está realizando para expandir su negocio. Con algún otro traspiés podría terminar, esta vez sí, vendiendo su negocio a Google o a Apple.
La división Tesla Energy de baterías para hogares y empresas está lista para producir en masa las nuevas baterías en el tercer trimestre, con el objetivo de que lleguen al mercado masivamente en el primer trimestre de 2016. Su objetivo es enviar las primeras unidades a EE. UU., Canadá y Australia en el cuarto trimestre.