Los materiales que pensarías en usar para imprimir en 3D seguramente no incluirían la celulosa. Es un material que se lleva mal con el calor, salvo que te dediques a investigar la forma de usarlo en estas impresoras como ha hecho la Universidad Chalmers de Tecnología.
Usando un hidrogel al 95 a 99% de agua les ha permitido realizar una bioimpresión, que incluso permite introducir en la mezcla nanotubos de carbono para convertir esta pasta en conductiva. El proceso de secado de la mezcla tiene que ser supervisada para que el objeto no pierda la forma.
Las aplicaciones de esta impresora 3D de compuestos de celulosa por ejemplo se encontraría en sensores integrados en paquetería o textiles que convierten el calor corporal en electricidad.
Vía: Gizmag.