Elon Musk apostó fuerte por la creación de su Gigafactoría, dedicada a la fabricación a bajo coste de baterías para sus distintos productos, como coches y baterías de respaldo para paneles solares. Así las cosas, a principios de año también se comentó que había una escasez de baterías que afectaría al precio de los productos, y aparentemente se ha rastreado como origen del problema a la Gigafactoría de Tesla.
Actualmente no se pueden comprar en Japón pilas cilíndricas, usadas en baterías de portátiles y otros dispositivos de gran tamaño, porque Tesla ha copado la adquisición de los materiales necesarios para crearlas. Se estima que hasta mediados de 2018 no se podrán adquirir, y puede que afecte a las ventas de otros tipos de baterías.
Otro problema relacionado es que la Gigafactoría está muy retrasada en la producción de las baterías, y por tanto Tesla ha tenido que recurrir a adquirir todas las existencias de Panasonic para sus productos, lo que ha hecho a su vez que el resto de compañías que las necesitan tengan que recurrir a Samsung, LG y Murata, que son también líderes en su producción a nivel mundial.
Pero como suele ocurrir en estos casos de escasez, se realizan procesos de puja por hacerse con los lotes producidos por las compañías, lo que lleva a un aumento de precios. LG, Samsung, Murata y Panasonic producen el 80 % de las baterías cilíndricas del mundo, y prácticamente tampoco se pueden adquirir en China.
El problema al que se enfrenta la Gigafactoría es que su ubicación en mitad de la nada en Nevada ha hecho que la compañía tenga problemas para contratar personal interesado, así como recurrir a usar solo paneles solares para dar electricidad a la factoría, y no beneficia nada en su distribución. Una batería de un Tesla incluye baterías cilíndricas suficientes para producir 200 bicicletas eléctricas.
Vía: EnGadget.