Cambridge Analytica puede suponer el punto de inflexión para que el público y los legisladores se tomen más en serio la privacidad de su información, así como el uso que de la misma hacen las grandes empresas. El varapalo que ha sufrido la imagen pública de Facebook ha sido tal que Zuckerberg y parte de su alta dirección han tenido que emprender una peregrinación por los medios de comunicación para hacer un lavado de cara.
Por si esto no fuera suficiente, han decidido recurrir a métodos de la vieja escuela, procediendo a publicar anuncios a página completa en la prensa escrita de Estados Unidos y Gran Bretaña. Estos anuncios incluyen una carta de Zuckerberg lamentando que Facebook no hiciera más cuando se enteraron de que desde Cambridge Analytica se había hecho con los datos de 50 millones de usuarios.
Nuevamente, en estos anuncios han vuelto a reiterar lo que tanto Zuckerberg como su directora de operaciones han indicado en los pasados días, y es la revisión por parte de la compañía de todas las aplicaciones que hayan accedido a grandes cantidades de datos. A parte de bloquear a las que consideren que hayan hecho mal uso de las mismas, notificarán a todos los afectado.
Más allá de que hayan recurrido a la prensa como si fueran una empresa del siglo pasado —si un método tiene eficacia probada, para qué cambiarlo—, muestra que el miedo puede estar cundiendo en la compañía. Debido a este escándalo la regulación va a ser inevitable, al margen de que puedan ser demandados. Pero lo peor para ellos es que muchas personas y empresas se han concienciado de lo que compartir tanta información supone. La retirada de anunciantes, empresasy particulares de esta red social supone un revés para las actividades de Facebook y sus fuentes de ingresos.
Vía: Engadget.