El sector de las tabletas Android económicos es variado, y suelen ser muy buscadas para darle los usos básicos de ver vídeo, navegador un poco o reproducir música. Nada que requiere una alta potencia de procesador, pero al menos se necesita que vayan suficientemente fluidas. Entre las marcas dedicadas a este sector se encuentra SPC, una empresa española de tecnología inteligente.

Una de sus tabletas más recientes en este 2018 es la Gravity Pro, que pretende cubrir precisamente ese sector económico, ajustando las características de la tableta al máximo pero presentado un modelo con una experiencia de uso adecuada.

Diseño y características

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Debido a la orientación de gama baja de la tableta, su diseño tiende a ser básico, pero agradable a la vista y al tacto. Tiene un tamaño de 251 mm × 166 mm × 10 mm (al. × an. × gr.) con una pantalla de 10.1 pulgadas (25.6 cm), y está fabricada íntegramente en plástico. La parte trasera tiene un tacto suave y agradable, y en mano no se hace incómoda de usar ya que pesa 550 gramos.

Es un diseño bastante estándar, del que solo se puede poner como pega que la pantalla y el cristal protector está bastante separado, dando al usuario una extraña sensación si está acostumbrado a las pantallas actuales de cero espacio. Esto favorece el ensamblaje y reparación de la tableta —si se rompe el cristal solo hay que cambiar el cristal, no también la pantalla como ocurre con las de cero espacio—, pero le da un aspecto atípico para 2018. Nada malo en realidad, pero me resulta curioso.

Gravity Pro de SPC
ProcesadorMT8167B
4× Cortex-A35 a 1.3 GHz
PowerVR GE8300
RAM3 GB LPDDR3
NAND
32 GB (eMMC 5.0)
Lector micro-SD de hasta 128 GB
Pantalla25.6 cm (10.1 pulgadas) IPS, 800 × 1280 píxeles (151 PPP)
Dimensiones251 mm × 166 mm × 10 mm
Peso550 gramos
Cámara trasera5 Mpx
Cámara frontal2 Mpx
Batería5800 mAh
ConectividadBluetooth 4.1, wifi 802.11 b/g/n, micro-USB 2.0, audio 3.5 mm
Sistema operativoAndroid 7.0
PVPR149.90 € (anunciada sep. 2018)
PVP133 euros (oct. 2018)

En la parte inferior de la pantalla se encuentra el logo de SPC, mientras que en el lateral derecho hay un conector de 3.5 mm, una conexión micro-USB y un lector de tarjetas micro-SD, mientras que en la parte superior derecha se encuentran los controles de volumen y encendido. En la parte inferior se sitúa un altavoz a cada lado para proporcionar sonido estéreo. La cámara frontal es de 2 Mpx, mientras que la trasera es de 5 Mpx, esta última sobresaliendo un poco del plano trasero.

La pantalla es de tipo IPS. Tiene una resolución de 1280 × 800 píxeles, la cual arroja una densidad de píxeles de 151 PPP, que entra dentro de lo razonable para una pantalla de este tamaño. No se verá todo supernítido, pero sí lo suficientemente bien como para no ponerle demasiadas pegas. La reproducción del color es suficientemente buena, y el brillo máximo se queda en torno a los 300 nits, lo cual es suficiente para usarla en interiores pero puede presentar alguna dificultad para usarla en exteriores. Los ángulos de visión son los habituales de las pantallas IPS de 178º/178, si bien cuando no se la mira directamente desde el frente se oscurece ligera y rápidamente la pantalla. Tiene una capa oleofóbica que al principio se nota un poco seca para deslizar el dedo al principio, por decirlo de alguna forma, pero que con un par de horas de uso después de quitarle la protección con la que viene se queda suave.

El procesador incluido es un MT8167B de MediaTek, acompañado de 3 GB de RAM y 32 GB de almacenamiento, con lector de tarjetas micro-SD de hasta 128 GB. La opción de memoria y almacenamiento es bastante adecuada, y casi lo mínimo imprescindible para una tableta hoy en día. Puesto que se querrá tener múltiples aplicaciones abiertas, para cambiar entre ellas se requiere de una buena cantidad de RAM. La cantidad de almacenamiento interno y lector de micro-SD permitirá que se use sin problemas para llevar siempre varias películas y series encima, que es el principal uso que se le suele dar a las tabletas de 10 pulgadas —un tamaño de tamaño ni muy grande ni muy pequeño para ello—.

Rendimiento

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CPU

El procesador incluido en la Gravity Pro es un MT8167B de MediaTek, que incluye cuatro núcleos Cortex-A35 a 1.3 GHz. Este procesador llegó este año para este tipo de tabletas de gama baja, proporcionando una cantidad de núcleos adecuada para multitarea, además de una suficiente potencia mononúcleo para las tareas más cotidianas. De ella dependen por ejemplo los navegadores, ya que JavaScript solo hace uso de un núcleo. En Geekbench arroja una puntuación de 513 puntos, y multihilo de 1393 puntos. Se sitúa por tanto en torno a la potencia del Snapdragon 425 también de cuatro núcleos físicos pero a 1.4 GHz. Es un buen procesador para la orientación que se le da, pero obviamente dista bastante de los mejores del mercado.

Geekbench 4, monohilo
Redmi Note 4
Helio X20 a 2.1 GHz
1573
View 2 Go
Snapdragon 430
673
Redmi 4A
Snapdragon 425 a 1.4 GHz
664
Moto G5
Snapdragon 430 a 1.4 GHz
621
Gravity Pro
MT8167B
513
Geekbench 4, multihilo
Redmi Note 4
Helio X20 a 2.1 GHz
4294
Moto G5
Snapdragon 430 a 1.4 GHz
2574
View 2 Go
Snapdragon 430
2551
Redmi 4A
Snapdragon 425 a 1.4 GHz
1771
Gravity Pro
MT8167B
1393

GPU

La unidad gráfica integrada es una PowerVR GE8300 de Imagination Technologies, de su serie anunciada a principios de 2017. Es capaz de mover pantallas de 1280 × 800 píxeles como máximo, que es la resolución que tiene la pantalla de esta tableta. Tiene mayor rendimiento que la Adreno 308 del Snapdragon 425, pero no se le puede llamar una buena iGPU para jugar a títulos 3D, pero es más que suficiente para mover la interfaz y los juegos más sencillos.

GFXBench T-Rex, OpenGL ES 2.0
View 2 Go
Adreno 505, 720 × 1512
26
Redmi Note 4
Mali T880, 1920x1080
16
Gravity Pro
PowerVR GE8300, 1280x800
15
Moto G5
Adreno 505, 1920x1080
14
Redmi 4
Adreno 308, 1280x720
13
GFXBench Manhattan, OpenGL ES 3.0
View 2 Go
Adreno 505, 720x1515
13
Gravity Pro
PowerVR GE8300, 1280x800
8.5
Redmi Note 4
Mali T880, 1920x1080
8.3
Moto G5
Adreno 505, 1920x1080
7.3
Redmi 4
Adreno 308, 1280x720
5.9

Wifi, almacenamiento y sonido

En el apartado de la comunicación inalámbrica, dispone de wifi 802.11 b/g/n en la banda de los 2.4 GHz. Es lo más básico que se puede tener hoy en día, y permite descargas en esta tableta de en torno a los 52 Mb/s (6.5 MB/s). Tiene buena estabilidad de señal, y por tanto es una wifi correcta y esperable en equipos de gama baja.

El almacenamiento interno de 32 GB es de tipo eMMC 5.0, y tiene unas velocidades de lectura/escritura (L/E) secuencial en Androbench 5 de 107.7/76.9 MB/s, y de lectura/escritura aleatoria de 10.3/3.31 MB/s. Son valores bastante típicos para esta tecnología de almacenamiento y por la orientación económica de la propia tableta, con valores que son muy superiores en la L/E aleatoria que las que tiene un disco duro de PC. Se queda lejos de la velocidad del mejor almacenamiento eMMC y muy lejos del UFC que usan las tabletas y móviles de gama alta, pero en este caso no se nota que sea un problema de uso en el día a día. La copia de archivos de vídeo es rápida, con la limitación de la wifi —recomiendo hacerlo por el micro-USB—, si bien puede llevar cierto tiempo adicional la instalación de aplicaciones ya que tampoco es el almacenamiento más rápido.

En cuanto al sonido, la ubicación de los altavoces en la parte inferior no es la mejor, pero tampoco mala —podrían estar en la parte posterior—. La calidad de su sonido es algo baja, con la música o el sonido de las voces sonando algo enlatada, pero tiene buena potencia máxima. Aun así, será preferible tenerlo a un volumen moderado porque, si bien no distorsiona, sí que vibra un poco la tableta cuando se tiene el volumen muy alto.

Autonomía

La Gravity Pro incluye una batería de 5800 mAh, y se suministra con un cargador de 10 W para recargarla, que será suficiente para cargarla en unas tres horas. Tiene autonomía para ver películas durante unas once horas con un brillo en torno a los 150 nits, por lo que es autonomía suficiente para viajes largos o varios días de uso, porque el consumo en reposo de la tableta es bajo. En espera puede pasarse unos siete días. Con la wifi activada durará algo menos, en torno a las nueve horas. Por tanto, es una autonomía adecuada para la orientación que tiene la tableta.

Cámaras

La cámara frontal y la trasera son de escasa calidad, si bien puede producir fotografías aprovechables. La trasera es de 5 Mpx y la frontal de 2 Mpx, e introducen bastante ruido en las escenas cuando no hay buena luz, con los bordes poco definidos y la calidad de color no es mala, pero tiende a apagar los colores.

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Software

En el terreno del software, llega con Android 7.0 preinstalado, por lo que se echa en falta que, siendo una tableta más o menos reciente, tuviera Android 8.0. Pero Android 7.0 ya es una versión moderna que introdujo multitud de cambios para mejorar la autonomía de los dispositivos, por lo que tampoco se le pueden poner demasiadas pegas. Por tanto, tampoco tengo claro que vayan a distribuir una actualización a Android 8 para esta tableta, o de otro modo habría llegado al mercado directamente con ella.

SPC no incluye aplicaciones basura en la tableta, y es una versión casi pura de Android. Llega con el paquete de aplicaciones de Google preinstalado, lo que incluye Play Store, Gmail, Fotos, etc., más la aplicación SPC+ de contenido específico que proporciona la compañía a sus clientes, en forma de ofertas, asistencia técnica, etc. Requiere registrarse, y es totalmente opcional. Por tanto, en el apartado del software es una tableta a la que no se le pueden poner pegas.

Gravity Pro, tableta de gama baja competente

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Cuando se hace un producto para la gama baja los fabricantes no tienen más remedio que hacer malabarismos para crear productos competentes y sin problemas de usabilidad. SPC consigue aportar una tableta Gravity Pro de gama baja que puede que no destaque positivamente en ninguno de sus aspectos pero tampoco destaca ninguno negativamente.

Siempre hay que tener en mente que estas tabletas son para usos básicos, porque tienen un coste bajo. Su PVPR es de 150 euros, si bien como cualquier producto de electrónica tiene un PVP inferior y se puede encontrar ahora mismo por unos 130 euros, más lo que siga bajando en los próximos meses. Se puede decir que si se quiere algo mejor se podría encontrar cosas bastante mejores sobre los 200 euros, pero esas llevan ya bastante tiempo en el mercado, por lo que para que esta tableta sea totalmente recomendable debería rondar algo más los 110 euros, pero en su precio actual tampoco es mala compra si no se puede gastar más de esos 130 euros.

La pantalla tiene un buen tamaño, y su resolución y calidad es buena para ver vídeos, si bien los altavoces tienen una calidad algo más limitada. El procesador no será un problema para ver vídeos, y los 3 GB de RAM permitirá tener multitud de pestañas abiertas en Chrome y múltiples aplicaciones en segundo plano con un cambio rápido entre ellas. Los 32 GB de almacenamiento interno permiten tener multitud de películas y capítulos de series listas para ser vistas, si bien si se quiere ahorrar espacio deberían estar pasadas a la resolución de 1280 × 800 píxeles con algún programa.

En general es una tableta con buen aspecto y prestaciones, recomendable y orientada a un competitivo sector de gama baja, con Android 7.0 preinstalado, que no tiene ninguna pega a la que ponerle por su precio.

Puntuación

7.5

sobre 10
Cámaras
5.5
Batería
8
Diseño
6.5
Rendimiento
7
Pantalla
6.5
Software
8