Intel se durmió en los laureles pensando que AMD no levantaría cabeza en el sector de los procesadores, pero la arquitectura Zen desarrollada desde cero ha demostrado ser una bestia negra para la compañía. Si se une con que ha sido incapaz de desarrollar un proceso litográfico de 10 nm eficiente y para producción en alto volumen como necesita Intel, podría parecer que la compañía debería verse perjudicada en sus resultados trimestrales, pero nada más lejos de la realidad.
Intel ha ingresado en el segundo trimestre del año unos 19 700 millones de dólares, un 19 % más que en mismo periodo de 2019, y ha obtenido unos beneficios de 5700 M$ o un 23.9 % más interanualmente. Los datos son buenos incluso si se miran las principales divisiones de la compañía.
La de Computación de Cliente, que reúne las ventas a usuarios finales en portátiles, PC por piezas y OEM, ha mejorado sus resultados un 7 % hasta los 9500 M$. La de Centros de Datos ha mejorado un 43 % hasta los 7100 M$, y resulta lo más curioso teniendo en cuenta el mejor rendimiento-precio de los EPYC de AMD. La división de Soluciones de Memorias No Volátiles, que engloba la producción de memoria NAND y unidades de estado sólido, ha mejorado un 76 % hasta los 1700 M$, y es la división que más crece.
No todo son buenas noticias. Las divisiones de Internet de las Cosas y Mobileye han perdido un 32 % y un 27 % de sus ingresos respectivamente.