AMD tiene un potente itinerario en el sector de los procesadores, pero sigue siendo extraño que no apueste más por las unidades de procesamiento acelerado (APU) que integran una unidad gráfica. Está siendo lenta en actualizar su arquitectura gráfica, pero también es para las que más se va a aferrar a procesos litográficos baratos en un intento de obtener más beneficios de las ventas de los Ryzen. No me dormiría mucho en los laureles que Intel empieza a despertar de su largo letargo.
Sea como sea, la generación de las APU conocida como Rembrandt y que llegaría en 2022 estaría fabricada en un nodo de 6 nm por TSMC, que es una pequeña evolución de los procesos de 7 nm. Tiene la ventaja de que los chips se desarrollan de la misma forma y la migración de los diseños de 7 nm a 6 nm es rápida y directa, pero si el siguiente itinerario es auténtico la compañía seguiría sin prestar excesiva atención a las APU.
Eso sí, para 2022 esa generación Rembrandt llegaría con arquitectura Zen 3 (como en 2021), integraría por fin PCIe 4.0 con veinte canales en total, al menos dos USB 4.0, una unidad gráfica Navi y sería compatible con memoria DDR5-5200 y LPDDR5, y algún tipo de unidad específica para inteligencia artificial (CVML). Este último tipo de memoria se espera precisamente que se vuelva generalista en 2022, así que tampoco es que en este terreno se le pueda criticar demasiado. Los Rembrandt serán procesadores de sobremesa con una potencia de diseño térmico entre los 45 W y 65 W.
Vía: Videocardz.