Es un poco inútil hablar de nanómetros para comparar procesos litográficos porque actualmente ese parámetro no indica el tamaño de los transistores. Hace mucho que no. Hay otros muchos parámetros que mirar para determinar lo evolucionado que está un proceso litográfico, como la densidad de transistores, pero al final el público quiere un número. Aunque Intel esté ahora mismo fabricando a 10 nm y la competencia más avanzada a 5 nm, el proceso de Intel es suficientemente avanzado como para compararse con algunos de los procesos de 7 nm. Aunque eso hace que en realidad Intel se mantenga una generación por detrás de la competencia, está recortando distancias.
Intel ha anunciado sus ingresos del T4 2020 y tras ellos ha habido la habitual ronda de preguntas en la que han estado tanto Bob Swan como Pat Gelsinger, el director ejecutivo saliente y el entrante. Ha habido bastantes preguntas sobre los 7 nm de Intel porque el año pasado se indicó que su llegada se retrasaría hasta 2023. En esta ocasión no ha habido retrasos adicionales y Gelsinger se ha mostrado confiado en que los primeros chips a 7 nm producidos por Intel llegarán al mercado en el primer semestre de 2023.
De hecho están seguros, Swan y Gelsinger, de que la mayoría de los procesadores que produzca Intel en 2023 será a 7 nm. La compañía también seguirá haciendo un amplio uso de fundiciones externas para producir parte de sus procesadores por entonces, por lo que la senda de externalizar los chips gráficos se mantendrá en el futuro cercano. Swan también ha recalcado que el proceso litográfico es importante, pero lo es incluso más tener una buena arquitectura, y en ese terreno la compañía ha aumentado enormente su inversión en I+D+i durante 2020. Además que están recontratando a veteranos de la compañía como Glenn Hilton para que ayuden a reorganizar los grupos e imprimir nuevo liderazgo en los grupos de trabajo.