La puesta en el mercado de la serie de procesadores Core de 11.ª generación de sobremesa tiene una acogida dispar. Con un máximo de ocho núcleos en los modelos más potentes ciertamente Intel no va a hacer competencia a AMD en lo que a los prosumidores se refiere. Pero mirando un poco más abajo, a los modelos de menor precio, hay modelos más que interesantes. Uno de ellos, quizás el que más, es el Core i5-11400F, el hermano sin gráfica integrada del Core i5-11400 y por tanto mejor a la hora de compararlo con el equivalente que tiene AMD en el mercado, el Ryzen 5 3600.
Este procesador llega con una nueva hornada de placas base las cuales, desde el chipset B560, permiten usar memoria más allá del límite normal del procesador. En esta generación ese límite es de 3200 MHz. Pero hay una cosa más importante en las placas base que es la posibilidad de aumentar la alimentación al procesador lo cual se traduce en una mayor potencia. Por la placa base elegida para este análisis, una Prime B560-Plus de ASUS, el mero hecho de activar el XMP de los módulos ya activa ese modo de mayor consumo, aunque se puede desactivar.
Todas las pruebas que he hecho son con ese modo activado, porque es gratis. El procesador y la placa base lo permite, y no veo ninguna razón por la que no hacerlo. El único problema que tiene ese modo es que no se puede usar con la refrigeración de serie, pero con comprar una de 30 euros será suficiente para evitar la limitación térmica. Pero entraré a explicarlo más detenidamente en el apartado correspondiente. Ahora toca empezar por lo primero.
Desembalado y características
El Core i5-11400F llega en el habitual embalaje azul de Intel, en cuyo interior se encuentra la refrigeración de serie que aporta la compañía con este tipo de procesadores generalistas. También se adjunta una guía de usuario con garantía y otros detalles, y el procesador en una pequeña caja de plástico.
El ventilador es de color negro, con un disipador bajo y una cobertura con un ventilador en la parte superior. Tiene el habitual sistema de montaje de Intel de insertarlas cuatro patas por los cuatro agujeros de la placa base y girarlas tras apretar para que queden fijas.
En cuanto al Core i5-11400F, es un procesador Rocket Lake S con seis núcleos de nueva arquitectura con multihilo. Funcionan a entre 2.6 GHz y 4.4 GHz, disponiendo de 16 MB de caché de nivel 3. Pueden utilizar memoria DDR4-3200 antes de precisar de perfiles de memoria extrema (XMP) para funcionar a mayores velocidades. Está limitado a las placas base B560 y Z590. Su potencia de diseño térmico es de 65 W.
Equipos de prueba
Para la realización de las pruebas de este artículo, y sobre todo las de en juegos, he usado los siguientes equipos (con el enlace a las configuraciones completas):
Para usarlos he procedido a devolver el BIOS a los valores de fábrica y a activar simplemente el perfil de memoria (XMP), lo cual puede activar a su vez, según el fabricante de la placa base, alguna optimización en la gestión de la potencia del procesador. Como uso placas base de ASUS principalmente, suele funcionar de manera similar en todos. En el caso del Core i5-11400F, está activado el modo de rendimiento mejorado que desbloquea un mayor consumo del procesador para conseguir un buen empujón de rendimiento.
Pruebas de rendimiento general y profesional
El cambio de arquitectura de los Rocket Lake se hace notar en las cargas de trabajo profesionales aunque no haya un gran cambio de potencia respecto a modelos anteriores. Eso sí, hay que tener en cuenta que todos los análisis están hechos con el consumo desbloqueado del procesador y por tanto es un empujón de rendimiento más que importante y es por lo que por su precio el Core i5-11400F supera ampliamente al Ryzen 5 3600. Como también integra PCIe 4.0, no hay nada mejor en el procesador de AMD frente al de Intel, ni siquiera el precio. Cómo han cambiado las cosas en un año.
No me paro mucho en estas pruebas porque en esta página nos centramos más en los juegos. Es un terreno en el que Intel siempre ha salido ganando, aunque los Ryzen 5000 no tienen nada que envidiarle a Intel, y de hecho en algunos casos pueden quedar mejor. El sector que abandona Intel con estos Rocket Lake S es el de los profesionales que necesitan una alta potencia de cómputo porque a misma potencia por núcleo entre los Core de 11.ª generación y los Ryzen 5000, AMD los ofrece con hasta el doble de núcleos. Pero Intel ha optado por centrar esta generación en los juegos, y eso refuerza mi idea de no pararme mucho en las pruebas generalistas. Que, aun así, el Core i5-11400F sigue ganando al Ryzen 5 3600.
En las pruebas aparecen el Core i5-11400F con la mejora desbloqueada como he indicado anteriormente. Sin ella, en Cinebench R23 obtiene solo en torno a los 7700 puntos, por lo que se está en esa prueba en torno a un 30 % de mejora a costa de peores temperaturas y el doble de consumo. Hablaré más de ello en el apartado de Consumo, temperaturas y sobrefrecuencia.
Las pruebas de rendimiento las realizo seleccionando los preajustes ultra siempre que es posible y si dan la opción. En cuanto al suavizado, no lo pongo más allá de FXAA siempre que se indique claramente el nombre del suavizado usado en los ajustes para así poder compararlo bien con la resolución QHD y 4K, en la que esta última en un monitor estándar de 27 pulgadas sirve de poco la activación de suavizado de bordes avanzados como TAA. Al poner un suavizado de mayor o menor la mejora en calidad visual dependerá del tamaño del monitor y la distancia de uso, y puede haber diferencias a la hora de aplicar uno u otro en función de la arquitectura de la tarjeta gráfica. Tampoco se aplica por igual los distintos suavizados en distintas arquitecturas gráficas, por lo que prefiero quitarlo de la ecuación siempre que pueda. Hay un problema colateral y es que por ejemplo al probar el DLSS en las tarjetas gráficas de NVIDIA habrá menos diferencia al comparar FXAA, un suavizado liviano, con DLSS que si se comparara TAA, un suavizado más intensivo, con DLSS.
También desactivo las características gráficas específicas de cada marca, como la oclusión ambiental HBAO+ de Nvidia o el PureHair de AMD, por el posible impacto negativo que puedan tener en las tarjetas de la marca contraria.
Los valores se recogen o bien de los archivos de tiempo de fotograma que generan los propios juegos, como es el caso de The Division 2, o bien mediante la herramienta PresentMon desarrollada por un destacado empleado de Intel. Esta herramienta se engancha directamente a la biblioteca gráfica que se esté usando —DX11, DX12 o Vulkan, entre otras—, dando medidas muy precisas de los tiempos de fotograma. Analizando los datos del archivo generado mediante un script se puede obtener la tasa de fotogramas, y también estudiar sus resultados en distintas gráficas pasándolos a una hoja de cálculo si así se quisiera.
Los valores se toman al menos dos veces por juego, y se cierran todas las aplicaciones y procesos prescindibles mientras se ejecutan para asegurar que no hay nada consumiendo tiempo de CPU en segundo plano. También se desactivan las interfaces de Steam, Connect u otros para evitar conflictos. Además de mostrar la tasa media de fotogramas, incluyo el percentil 99, que es el mínimo de FPS por encima del cual se pasa el 99 % del tiempo el juego. Generalmente, si baja de 30 FPS el percentil 99 se puede considerar como que la experiencia de juego no será totalmente fluida.
Este procesador tiene una potencia de diseño térmico (TDP) o potencia de calor disipada de 65 W, aunque con el modo de rendimiento mejorado su consumo se pueda ir hacia los 120 W. En el equipo de pruebas, en juegos como Shadow of the Tomb Raider con la RTX 2080 Ti el consumo del procesador se sitúa más bien sobre los 60-80 W, con algún pico puntual de 100 W. Las temperaturas se situarán en los 50-60 ºC con una refrigeración Freezer 34.
En carga completa en Cinebench R23 la temperatura se sitúa sobre los 73 ºC (Δ 47 ºC con la habitación a unos 26 ºC), con un consumo que se va a los 120 W. La siguiente tabla recoge el valor medio de consumo en diez minutos de ejecutar Furmark.
La 11.ª generación Core de Intel es una caja llena de sorpresas, pero con la que hay que tener mucho cuidado. Por ejemplo, la elección de placa base puede determinar si el procesador accederá a esa sustancial mejora de rendimiento que lo pone en juegos por encima de otros procesadores de AMD más caros. Pero con una placa base B560 normal es suficiente, y eso significa gastarse más de 100 euros en lugar de los modelos más económicos. Pero hay que mirarlo por este lado: si te gastas 120 euros, ganas un 30 % más de rendimiento y lo pone bastante por encima del Ryzen 5 3600 de AMD.
Por lo demás, es un gran modelo para equipos de gama media con tarjetas gráficas de todo tipo. No limita excesivamente las tarjetas gráficas más potentes, pero con algo como una RTX 3070 ya sí puede haber una limitación a FHD que puede alcanzar un 10 %. Si se juega a 4K no habrá casi limitación de rendimiento.
Por lo demás, la gama media de Intel está bastante potente en el terreno del precio frente a la oferta de AMD. El Core i5-11400F es un modelo bastante más recomendable que el Ryzen 5 3600. No parece que AMD vaya a tener algún competidor nuevo este año, por lo que el Core i5-11400F dominará en los próximos meses en los equipos de gama media.