Intel ha anunciado sus resultados del segundo trimestre de 2021 y son unos resultados normales, ni buenos ni malos. La compañía ha realizado algunas afirmaciones adicionales durante su presentación que van a dar algunos titulares, y quizás el más significativo de cara al futuro de la compañía sea que ya produce más obleas a 10 nm que a 14 nm. Actualmente los procesadores para portátiles son todos de 10 nm así como muchos de los chips que produce para inteligencia artificial y los Xeon, si bien los de sobremesa siguen estancados en los 14 nm.
Además, si la compañía está a punto de presentar los Alder Lake de 10 nm para portátiles y sobremesas eso significa que debe estar ya con la producción en masa. Su presentación podría ser en septiembre con puesta a la venta en octubre, pero no hay nada oficial al respecto. Pero estos planes tienen que ver más con el periodo de Bob Swan al mando de la compañía que con el de Pat Gelsinger, aunque ya lleve varios meses decidiendo el futuro de la compañía. A partir del próximo año si Intel tiene éxito o no ya sí podrá achacársele completamente a Gelsinger.
El actual director ejecutivo ha reiterado el hecho de que la escasez de chips puede durar uno o dos años más dependiendo de cómo evolucione la demanda, pero la compañía está haciendo todo lo posible por aumentar lo más rápidamente posible la producción. Pero eso implica mejorar el aprovisionamiento de materias primas, la creación de obleas, las plantas de encapsulado y la cadena de distribución. No es una tarea que se pueda hacer de la noche a la mañana. Eso sí, con esta estructura y su visión de «IDM 2.0» (fabricante de dispositivos integrados segunda versión) va a seguir aprovechando otras fundiciones siempre que lo considere oportuno para crear una cadena de suministros más adaptable.
Vía: Hot Hardware.