Microsoft anunció hace tres semanas Windows 365, una versión virtual de Windows accesible desde cualquier equipo y orientado a empresas. Hace unos pocos días, la compañía empezó a ofrecer pruebas gratuitas a Windows 365 a empresas, pero la demanda ha sido tal que Microsoft se ha visto obligada a detener el acceso a las pruebas gratuitas porque se ha quedado sin capacidad en sus servidores. La capacidad que tuviera pensada para ellas, porque obviamente sigue teniendo para la versión de pago.
De momento Windows 365 es un servicio que ha sido todo un éxito, pero de ahí a que las compañías pasen a pagar la suscripción es otra historia. La configuración que estaba ofreciendo de equipos virtuales para probar el servicio era una máquina de dos núcleos, 4/8 GB de RAM y 128 GB de almacenamiento. El habitual terminal tonto para ofimática que es lo que necesitan muchas empresas para la mayoría de sus trabajadores.
Windows 365 es una versión comercial propia de Microsoft de Azure Virtual Desktop pero simplificada. El servicio no es nuevo ya que hay diversas empresas que revenden esos escritorios virtuales de Microsoft pero le añaden mejoras en la gestión remota de grupos y máquinas virtuales, asistencia técnica 24×7, seguridad adicional de almacenamiento de datos o ayuda para ello, etc. O sea, la habitual labor de consultoría a empresas con valor añadido que es donde al final está el dinero.
La ventaja de estos escritorios virtuales de Windows 10 —próximamente Windows 11— es que son soluciones seguras y accesibles desde cualquier lugar y dispositivo con acceso a internet, ya sea una tableta, móvil, otro PC, etc. En los tiempos que corren es normal que las empresas busquen opciones de trabajo remoto deslocalizado, y Windows 365 y el Azure Virtual Desktop en que se basa es lo que ofrece.
Vía: Tom's Hardware.