Starlink es la empresa del africano-americano favorito de muchos, Elon Musk, dedicada a desplegar una red de satélites para dar una cobertura global de internet. Recientemente anunció un nuevo nivel de suscripción de 500 dólares al mes, que para una conexión por satélite y lo que ofrece es hasta barato. Pero la red precisa de cientos de satélites en la órbita baja de la Tierra, y va realizando lanzamientos periódicamente. El último ha ido mal debido a una tormenta solar.
El Falcon 9 de SpaceX, otra empresa de Elon Musk, puso en el espacio 49 microsatélites de comunicación de la red Starlink el 3 de febrero en una órbita a una altura de 210 km, antes de dirigirse a sus órbitas finales. Bastante baja incluso para la órbita baja, pero necesaria para minimizar la latencia de la comunicación por radio entre los satélites y las estaciones base. Cada satélite cubre poca área, y de ahí que se necesiten cientos de satélites para la cobertura global.
El 4 de febrero una tormenta solar impactó en la Tierra e hizo que los satélites recién desplegados, que todavía no habían terminado de situarse en sus posiciones finales, entraran en un modo seguro frente a este tipo de eventualidades. Pero la tormenta hizo aumentar un 50 % el arrastre atmosférico presente a estas altitudes, haciendo imposible que se dirigieran a sus posiciones. Algunos se han salvado tras entrar en el modo seguro, nueve, pero otros cuarenta han resultado destruidos.
Starlink tiene actualmente cerca de 1900 satélites en órbita de casi 2100 que ha lanzado a través de SpaceX. La compañía tiene licencia para lanzar otros 12 000 satélites, y quiere otra para lanzar 30 000 más. Pero esto no está exento de polémica. Aunque con el tiempo la compañía ha recubierto los satélites con materiales que evitan reflejar la luz, los astrónomos y aficionados los ven claramente como puntos en el cielo interfiriendo con las observaciones desde tierra. Junto con el resto de miles de satélites en órbita, es un problemón en ciernes.
Se da el caso de que recientemente los científicos han descubierto que las tormentas solares más devastadoras pueden impactar la Tierra incluso en momentos de baja actividad solar. Ahora mismo el Sol atraviesa un momento de calma como parte del comienzo de su ciclo solar que tiene unos once años de duración que termina con una inversión de su campo magnético —por tanto, el ciclo completo es de 22 años—. Habitualmente las tormentas solares son más livianas al principio de los ciclos y más fuertes a mitad de los mismos. Pero el ciclo solar que comenzó en 2020 está siendo mucho más fuerte de lo habitual y está generando importantes tormentas solares.
Vía: SlashGear.