Intel ha tenido un día movido con el anuncio de varias series de procesadores, tanto CPU como GPU, orientados a los centros de datos, junto con otros anuncios menores. Se centran sobre todo en los Xeon escalables de 4.ª generación (Sapphire Rapids), los Xeon CPU Max (Sapphire Rapids HBM) que son casi iguales pero con HBM integrada en el encapsulado, y la serie Max de GPU para centros de datos (Ponte Vechio).
La compañía lanza al mercado empresarial una legión de Xeon por lo que ha considerado que la mejor forma de darlos a conocer es mediante la siguiente tabla. Son unos cincuenta, de todos los colores y para todos los gustos. El más caro es el Xeon 8490H que cuesta 17 000 dólares, siendo de sesenta núcleos. Solo son núcleos P, de alto rendimiento. No entiendo muy bien para qué necesita tanto procesador en una línea que estaba muerta frente a los EPYC de AMD, porque complica mucho las cosas a sus clientes con tanta variedad.
Los Xeon Max pueden contener hasta 64 GB de memoria HBM2e a 3200 MT/s. En realidad para computación los Xeon Max son los más interesantes precisamente por la HBM ultrarrápida debido a su máxima cercanía a la CPU, lo cual reduce enormemente la latencia.
Los procesadores Xeon se venden en tres series (Silver, Gold, Platinum), que es una forma de indicar cuántos procesadores pueden ir en cada placa base (dos, cuatro u ocho).
Usan memoria DDR5 a 4400 o 4800 MHz, dependiendo de si se usan uno o dos módulos por cada canal de memoria, teniendo además ocho canales a su disposición. Eso significa que puede mover ocho o dieciséis módulos de RAM por zócalo de CPU, pudiendo mover 64 GB, 128 GB o hasta 512 GB de memoria para las extensiones de software seguro (SGX) que pueden gestionar o hasta 1.5 TB para uso general. Tienen acceso a 80 canales PCIe 5.0.
Intel promete mejoras de rendimiento importantísimas, y compatibilidad plena con la interconexión CXL que está imponiéndose en los centros de datos y de la que lidera su desarrollo. Hasta a AMD no le quedó más remedio que sumarse a ella. Hay versiones de los Xeon para equipos frontera del internet de las cosas, con modelos de hasta 52 núcleos.
Estos procesadores irán en equipos con conectividad mejorada, acceso a las extensiones avanzadas de matrices (AMX), que son nuevas instrucciones para exactamente eso, mejorar la ejecución de matrices. Son claves para un buen rendimiento en cálculos relacionados con inteligencia artificial. AMX está disponible en los Xeon, junto a las instrucciones habituales AVX-512 —que es por lo que solo usa núcleos P para estas series—.
En cuanto a las GPU Max para centros de datos, están basadas en el chip Ponte Vechio que Raja Koduri lleva mostrando tres años sin que se pusiera a la venta. Tendrían que haber lanzado hace como un año o año y medio, pero bueno, ¿más vale tarde que nunca? Pues en este caso no lo sé tras ver la Instinct MI300 que prepara AMD y que llegará en la segunda mitad del año.
Cada GPU incluye 47 chíplets, que por alguna razón Intel quiere llamar teselas (tiles) por la idea de que son como un mosaico de chips. «OK, Intel, pasopalabra». Seguiré usando siempre chíplet para referirme a los… chíplets.
Esta GPU tiene hasta 128 núcleos Xe (16 384 sombreadores), hasta 408 MB de caché de nivel dos, que es una barbaridad, junto con 64 MB de nivel uno y 128 GB de memoria de alto ancho de banda (HBM). Incluyen además hasta 128 unidades de trazado de rayos, las extensiones matriciales Xe (XMX), y con una TDP de hasta 600 W —en este caso sí habla de TDP y no de consumo—. Son tres modelos, con conexión PCIe 5.0 y Xe Link de 53 GB/s de 6 o 16 puertos.