Intel está siendo bastante más claro con su plan de desarrollo de nuevos procesadores, dejando de lado el secretismo con el que venía hablando de ellos hasta prácticamente el día de su puesta a la venta. Ahora da información abundante sobre sus nuevas líneas con un par de años de antelación, y es lo que va a hacer con Lunar Lake. El próximo 26 de enero, junto a la presentación de resultados del T4 2022, va a dar más detalles sobre la nueva microarquitectura que está preparando para esa generación.
Antes de que esa llegue al mercado tendrá que hacerlo un refresco de Raptor Lake que se espera para el T3 2023, los Meteor Lake que llegarían en 2024, y los Arrow Lake en 2025. Por tanto, los Lunar Lake no llegarían hasta algún momento de 2025 o 2026, o más tarde, según cómo consiga mantener su desarrollo. Deberían usar el proceso litográfico de 18 Å (ángstroms, o 1.8 nm), pero estando a tres o cuatro años de su lanzamiento cualquier cosa puede ocurrir.
El aviso procede de Ian Cutress, que antes estaba en AnandTech, una web que fue en su tiempo un referente para los tecnofrikis pero que hoy en día tiene muy poca vida. El apartado de «nueva microarquitectura» se puede referir a crear una x86-64 desde cero tomando los elementos que considere oportunos de la actual, porque no creo que vaya por la senda de trascender finalmente la arquitectura x86, pero quién sabe. Intel tuvo planes para ello en la década pasada, y de momento no ha vuelto a hablar de ello. Esta nueva arquitectura estaría centrada en ofrecer mejor rendimiento por vatio en dispositivos móviles, en la línea de lo que ofrece la arquitectura ARM y que Apple ha aprovechado excelentemente en sus Mac.
Vía: Videocardz.