La conformación de haces es una tecnología que permite centrar la potencia de una señal en la dirección donde se la necesita. Es más habitual verla en los rúteres wifi, pero se puede aplicar a cualquier onda, incluidas las sonoras. Razer ha tomado el testigo para proporcionar una versión mejorada de su altavoz Leviathan 2 en la que el sonido se intentará colocar según dónde esté la cabeza del usuario. Eso convierte al Leviathan 2 Pro en uno de los modelos más interesantes y caros del mercado.
Desembalado
La barra de sonido Leviathan v2 Pro llega en una caja grande y pesada, recalcando en su exterior las bondades de su sonido. Nada más abrirla se puede ver la barra de sonido en sí, protegida en una bolsa de material reciclado, y con unas breves instrucciones de uso, por ejemplo para saber rápidamente cómo se cambia la fuente de sonido entre su conectividad Bluetooth y la USB.
Al sacar la bandeja de la barra de sonido se ve debajo el altavoz de subgraves, en otra bolsa y con una cinta de plástico para poder tirar de él para sacarlo fácilmente de la caja ya que no tiene margen para meter las manos. En el lateral hay una caja con los distintos cables: uno de 3.5 mm que conecta el subgraves a la barra de sonido, dos cables de corriente, un cable USB tipo A a USB tipo C, y el manual de uso con las habituales pegatinas de Razer.
El montaje de este sistema es bastante sencillo porque solo hay que ponerle los cables de alimentación a la barra de sonido y subgraves, conectar el cable de audio entre ambos, y si se va a usar con el PC pues conectar el cable USB. Lo que echo aquí en falta es alguna forma integrada de gestionar los cables, porque dejará un rastro por la parte posterior que se puede liar aún más cuando se junten con los cables del propio PC. Quizás haberlos guiado por la parte inferior, por ejemplo.
La barra de sonido es grande y pesada, teniendo los controles en la parte superior, lo cual incluye una rueda de volumen que hace de botón de encendido, y cuatro botones para cambiar el modo de funcionamiento del audio (estéreo, THX similar a auriculares, THX envolvente, y para llenar la estancia), cambiar la fuente de entrada, y la iluminación Chroma.
Esa iluminación es ARGB compuesta por treinta ledes personalizables, con los habituales efectos de color configurables en Synapse 3.0, aunque soy clásico y he dejado la onda de colores. Por la parte trasera de la barra de sonido están las tomas, que son la de alimentación para la fuente externa, el USB tipo C para uso cables con un PC, la toma de audio para conectar el subgraves, y una toma de 3.5 mm para conectarle unos auriculares.
El subgraves es grande y aún más pesado, estando el altavoz en este caso en la parte inferior. En la parte trasera hay una toma de alimentación y la toma de conexión a la barra de sonido. Es un altavoz sólido, bien construido y con una superficie superior rugosa con el logo de Razer. No tiene otros controles más que un botón de sonido, pero si se apaga se pierde toda la gracia de este sistema de sonido.
Características
La barra de sonido de la Leviathan v2 Pro tiene un tamaño de 600 mm × 113.7 mm × 90.1 mm con un peso de 2.27 kg. Incluye cinco transductores de 50 mm, consiguiendo una destacable calidad del sonido. Pero lo que importa son las cámaras infrarrojas que lleva encima y que sirven, con un algoritmo, seguir el movimiento de la cabeza del usuario que esté en frente. Eso sirve para que la conformación de haces que incluye el sistema de audio entre en funcionamiento.
La combinación de ambos modifica la escena sonora fija de la típica barra de sonido a una dinámica que se centra en el usuario. Tampoco creo que alguien que esté jugando vaya a moverse como un loco delante de la barra de sonido como para que note un cambio sustancial en la calidad del sonido, por lo que lo veo como una tecnología buena pero de impacto limitado.
Leviathan v2 Pro de Razer | |
---|---|
Frecuencia | 40 a 20 000 Hz |
Alimentación | externa |
Sonido | estéreo, THX envolvente |
Transductores | Barra: cinco de 50 mm Subgraves: uno inferior de 133 mm. |
Tamaño | Barra: 600 mm × 113.7 mm × 90.1 mm. Subgraves: 260 mm × 295 mm × 260 mm. |
Peso | Barra: 2.27 kg. Subgraves: 5.08 kg. |
Conexión | Bluetooth 5.0 o USB |
Puertos | toma de 3.5 mm |
Extras | Chroma (30 ledes), seguimiento de cabeza por IA y conformación de haces. |
PVPR | 489.99 € (enero 2023) |
O sea, se nota el cambio porque es un sonido THX envolvente, sobre todo en juegos y películas, pero es eso, una característica que tiene utilidad mayormente en juegos. Que siendo una barra de sonido para jugones no es para nada malo. Al centrar el sonido en la cabeza, por mucho que te muevas siempre vas a notar el origen exacto de explosiones, pasos, disparos y otros efectos de sonido.
El subgraves tiene un tamaño de 260 mm × 295 mm × 260 mm con un peso de 5.08 kg. Su altavoz de 133 mm apunta a la parte inferior con la salida de presión por la parte trasera. Hace una gran labor con los subgraves. El conjunto tiene una respuesta en frecuencia entre los 40 y 20 000 Hz, con un nivel de presión sonora máxima de 98 dB.
Configuración y uso
Como viene siendo habitual en los productos de audio, sobre todo cuando son muy recientes, hay que instalar una actualización nada más arrancar Synapse 3.0. Llevará a la web de Razer para descargarlo a instalarlo, y en mi caso el firmware del Leviathan v2 Pro ha pasado de la versión 1.0.19.0 a la 1.2.2.0. Antes de instalarlo el sonido estaba algo descompensado mientras que el subgraves hacía algún ruido raro, pero tras instalarla ha pasado a escucharse mejor.
La pantalla principal para la barra de sonido incluye la configuración del volumen, el nivel del subgraves, el cambio entre barra de sonido y los auriculares que tenga conectados, cambio entre uso por USB y Bluetooth, y lo más importante que es cambiar entre los modos del audio. Ahí es donde se puede probar los modos estéreo, auriculares virtuales con sonido THX, el sonido virtual con seguimiento de cabeza de THX, y un envolvente con llenado de la sala que es para cuando hay más de un usuario.
La diferencia entre el modo estéreo y el THX es enorme, y es donde reside los beneficios de esta barra de sonido. La barra de sonido es mejor tenerla siempre justo delante para cuando se use el modo de seguimiento, y el subgraves habrá que dejarlo donde se pueda. Lo he probado con él encima de la mesa, que se nota mucha vibración mientras se juega, y debajo de la misma, donde lo notas de forma más indirecta.
En este caso, si eres de los que les gusta que vibre el mando al jugar con la PlayStation o Xbox, creo que dejar el subgraves encima de la mesa es idóneo para jugar. La fuerza y la vibración con las que se notan las explosiones, disparos, pasos, etc., da más sensación de inmersión en el juego. Si se mueve debajo de la mesa se notará el sonido más natural, lo cual beneficia al escuchar música.
Lo que sí he notado es que a volumen bajo el subgraves hace un ruido raro cuando el sonido está muy bajo. Ocurre cuando el subgraves pasa de reproducir los graves de su rango de frecuencias, que suelen ser las de por debajo de los 200 Hz, a no reproducir ninguno. Con la música baja se nota el cambio, pero con el volumen sobre el diez por ciento ya no se nota. Es posible que mucha gente no note ese ruido, pero otros sí, depende de lo tiquismiquis que se sea con el audio, y en mi caso lo soy bastante porque sé perfectamente cómo deben sonar las canciones que uso para probar los auriculares y los altavoces.
Desde Synapse 3.0 también se puede ecualizar fácilmente el sonido. En general no hace mal trabajo, pero obviamente solo una posición para música es muy generalista, por lo que habría que recurrir frecuentemente a ecualizar a mano el sonido. En otro apartado del programa de configuración se puede controlar la iluminación ARGB en treinta zonas que incluye la barra de sonido. Como siempre, Synapse 3.0 ofrece todo lo que se necesita, de una manera intuitiva y adecuada para exprimir el producto al máximo.
Gran potencia para juegos
Las barras de sonido no son habituales en un PC de sobremesa por lo mucho que ocupan las de mayor potencia. Si le añades un subgraves, necesita muchísimo más espacio. Por eso el Leviathan v2 Pro de Razer no es una barra de sonido para cualquier jugón, sino para aquellos que quieren la mejor sensación de inmersión posible sin tener que llevar auriculares puestos. Para eso, como he comentado anteriormente, es una auténtica maravilla.
La potencia de los graves y la conformación de haces hacen que, te muevas como te muevas, sientas que estás dentro del juego. El problema es que esta barra de sonido no es tan buena en el terreno de la música, aunque sea bastante buena. Aquellas canciones con graves muy profundos verán cómo se pierden totalmente, lo cual hace que se noten raras. Pero en el resto de música, las frecuencias medias están bien representadas y las altas quizás un poco más agudas de lo que deberían. No es audio para audiófilos, pero les sonará bien.
Al final del día el problema de esta barra de sonido está en el precio: cuesta 490 euros o 400 dólares. Además, es una versión exclusiva de la web de Razer, por lo que tampoco se podrá adquirir en cualquier parte. La diferencia respecto a la Leviathan v2 reside en el seguimiento de la cabeza por AI y esa conformación de haces aunque también se mejora la potencia de la barra, y es por lo que Razer cobra 150 dólares. Sí que creo que es una tecnología que mejora la inmersión en juegos, pero en el momento en que se use para cualquier otra cosa servirá de bien poco.
Puntuación
9.0
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