Análisis: Chuwi FreeBook N100 review en español

Los convertibles, esos portátiles que pueden doblar función como tabletas, es un mercado en el que las compañías suelen centrarse en modelos de alto coste porque resultan muy llamativos para los compradores con dinero. En la parte baja del mercado es más difícil encontrar buenos modelos a un coste razonable, y es donde Chuwi sigue iterando su FreeBook, en esta ocasión con el FreeBook N100, para un punto de precio en torno a los 400 euros, lo cual resulta bueno para lo que es y lo que lleva.

El FreeBook N100 se puede comprar en la web de Chuwi por 297 euros con el código GEEKTOPIA5.

Inspección visual y características

El FreeBook N100 es un convertible que en el modelo recibido para analizar tiene un color gris similar al gris espacial que Apple usa en sus productos. Es un color bonito a la vez que discreto. Es un equipo que no es especialmente grueso cerrado, y tiene un tamaño de 301.4 mm × 224.3 mm × 18.4 mm. No es especialmente pesado con 1.36 kg, aunque para su uso como tableta no permitirá estar sosteniéndolo durante largos periodos de tiempo.

El equipo llega en la caja debidamente protegido y metido en dos piezas de plástico, a la vez que está metido en una bolsa. Junto a él se proporciona un cargador de 36 W porque es un equipo que consume especialmente poco debido al procesador, un N100. Se trata de un procesador de cuatro núcleos, sin multihilo simultáneo. La placa base integra 12 GB de memoria LPDDR5X, la cual está soldada y por tanto no se puede reemplazar. También tiene una SSD de 512 GB de tipo PCIe 3.0.

La pantalla del equipo tiene pocos marcos pero distan de ser mínimos, salvo el inferior que es donde va el logo de Chuwi. En la parte superior hay una cámara web de calidad bastante discreta, pero cumplirá bien su función para videoconferencias. El panel incluido es de tipo IPS, con una diagonal de 34.3 cm (13.5 in) y una resolución de 2256 × 1504 píxeles. Es compatible con lapiceros, pero hablaré más de ella en su propio apartado más adelante. Lo que puedo decir es que está bastante bien para el tipo de producto que es.

Los altavoces estéreo incluidos no están del todo mal pero tampoco son una maravilla, además de que están en la parte inferior y desvirtúan un poco el sonido. El teclado tiene retroiluminación en color blanco con un buen nivel de brillo. El portátil incluye el teclado con la disposición estadounidense. Tiene una buena sensación de tacto y tecleo, con interruptores ligeramente más duros de lo que me gusta, pero está bien. Se pueden teclear textos largos sin problemas.

Lo que proporciona Chuwi con el portátil para otros idiomas es una cobertura de silicona que se pone encima de las teclas. Es una solución curiosa que a primera vista podría parecer mala, pero se ajusta perfectamente al teclado y se queda a la perfección en su sitio. Da una sensación de tecleo algo distinta, con ese toque a goma. Sabiendo mecanografía —o algo parecido, como muchos—, he preferido no usar esta cobertura porque me gusta más el toque de las teclas originales.

El panel táctil es un aspecto en el que se suele recortar en este tipo de portátiles baratos y el FreeBook N100 no es una excepción. Puede servir puntualmente para seleccionar alguna cosa, pero es preferible tocar la pantalla que usar el panel táctil. Los clics tienen un ruido un poco alto, son duros, y solo se pueden hacer en la parte inferior del panel, por lo que es preferible dar un toque para el clic derecho o dos para el izquierdo en lugar de usar los clics físicos. Usar un ratón es inevitable cuando se trabaje con el convertible. Es un panel táctil para cubrir ese aspecto, funcional, y poco más.

En cuanto a los conectores, tiene un puerto USB 2.0 tipo C en el lateral izquierdo junto a una toma de audio de 3.5 mm de cuatro polos. En el otro lado hay dos USB 3.0 tipo C compatibles con vídeo, datos y carga de 65 W, además de que está el botón de inicio. Llevo muchos años comprando monitores con una condición: que tengan un USB tipo C con carga, vídeo y un concentrador de varios puertos USB. Eso al final hace que te quites el cargador de en medio o lo dejes siempre en la mochila para cuando se necesite fuera de casa. Son monitores muy prácticos que además permiten sacar el máximo provecho de este tipo de portátiles y ciertos mini-PC.

En la parte inferior hay una amplia rejilla para la entrada de aire. La expulsión se hace por el lateral izquierdo. El equipo se puede abrir sin problemas retirando varios tornillos de la parte inferior. Dos de los tornillos que hay que quitar están ocultos bajo dos de las patas de goma.

Al abrir el equipo lo primero que se verá es la unidad de estado sólido de 512 GB de Netac, una G938E para OEM, la batería de 39.14 Wh (5150 mAh), y el sistema de refrigeración que está compuesto por un caloducto de cobre, un disipador de cobre, y un pequeño ventilador. Como he indicado antes, la memoria LPDDR5X está soldada a la placa base, por lo que no se puede cambiar. La SSD se puede cambiar por otra que sea del mismo formato M.2 2280.

Rendimiento del procesador

El procesador de este equipo es un N100 de Intel, que es un procesador de cuatro núcleos a 3.4 GHz, y un consumo de 6 W. Es un procesador que está orientado a portátiles de 200 o 300 euros, y mini-PC como este de baja potencia para propósitos específicos. Principalmente ofimática, oficinas, centros multimedia, sector educativo y puntos de venta. Es un poco más justo para multitarea, por lo que habría que centrarse en una tarea a la vez y no dejar nada especialmente pesado en segundo plano.

No es un procesador malo, pero tampoco es para tirar cohetes. El primer arranque de Windows, mientras se configura, descarga las actualizaciones y demás, puede llevar un par de horas. Los 12 GB de LPDDR5X a 48-36-36-84 y 1.2 V van bien para las tareas para las que está pensado. La DDR5 funciona internamente en doble canal, por lo que aunque no haya un segundo módulo no se verá excesivamente lastrado su rendimiento en tareas más exigentes, aunque tampoco irá como iría con dos módulos.

Cinebench R23

Cinebench 2024

AIDA64

7-ZIP

Corona 1.3

Rendimiento de iGPU

El procesador incluye una unidad gráfica integrada UHD Graphics 730 de Intel compuesta por 192 sobreadores y funciona hasta a 1.3 GHz. Eso arroja una potencia de cómputo de apenas 0.5 TFLOPS, y por tanto es poca potencia para jugar. Se podrá jugar a 60 f/s y FHD a títulos como League of Legends y otros igual de básicos, pero cualquier otra cosa, incluido Overwatch 2, más allá de HD y calidad 'baja', o FHD con escalado FSR en 'rendimiento', no va a poder jugarse decentemente.

La reproducción de vídeos tiene sus limitaciones. Para 4K hay que asegurarse de que no hay nada corriendo en segundo plano porque de otro modo se puede notar que en algunos momento no va del todo fluido. El uso del navegador, como se esté visitando alguna página algo pesada en lo tocante a recursos visuales o si tiene algún videoanuncio en reproducción, consumirá también bastantes recursos del procesador. Es un equipo que no es para dejar cosas corriendo en segundo plano como sean un poco pesadas, y menos para abrir mil pestañas en el navegador.

Almacenamiento

La unidad de estado sólido de este equipo es una G938E de Netac (KPART512GBC2DVT) con una capacidad de 512 GB, siendo un modelo para OEM. Tiene un formato M.2 2280, con una interfaz PCIe 3.0 ×4. No hay más información de la unidad, pero tiene un rendimiento más que decente. En CrystalDiskMark 8 alcanza los 3509/2260 MB/s de lectura/escritura secuencial, mientras que la aleatoria llega a los 439/283 MB/s, y en el peor caso de la aleatoria a 42/109 MB/s

Pantalla

La pantalla del FreeBook N100 es de tipo IPS, con una diagonal de 34.3 cm (13.5 in) y una resolución de 2256 × 1504 píxeles, lo cual arroja una densidad de píxeles de 201. Para la distancia de visualización normal de un portátil no está mal, pero al usarla como tableta se verá que no está del todo nítido, pero tampoco es un gran problema porque no se pone tan cerca como un móvil. El refresco de la pantalla es de 60 Hz. Detecta perfectamente el cambio de orientación de la pantalla y la ajusta de manera acorde.

Es una pantalla con el color ligeramente apagado, pero está bien equilibrada y al final los vídeos se verán bien, así como el contenido web. Está diseñada para contenido sRGB, y en ese terreno se ven los colores bastante bien. No se aprecia ningún problema de fugas de luz o similares, aunque los ángulos de visión no son los mejores de una pantalla de este tipo.

Debido a que la pantalla es táctil tiene un acabado en brillo por el cristal protector. Una pega clara que tiene es que hace muchos reflejos, pero si se puede controlar dónde se va a usar no habrá problemas. Donde lo habrá será en exteriores, porque tampoco es una pantalla muy brillante ya que llegue sobre los 350 nits de brillo máximo.

La pantalla también es compatible con ciertos lápices digitales como el HiPen H7 de la propia Chuwi que tiene un precio de unos 34 euros. Detecta 4096 niveles de presión y Wacom está implicada hasta cierto punto en la tecnología del lápiz. Es compatible con Windows Ink por lo que no requiere emparejarlo con el equipo. Tiene un par de botones de función, y la autonomía promete que es de unas 300 h.

En general funciona bien para escribir o dibujar a nivel básico, pero aquí entra en juego las limitaciones de Windows al respecto. El reconocimiento de escritura funciona de aquella forma, y el rechazo de palma no siempre funciona como debe. Pero una vez que te acostumbras es un buen añadido para los que quieran dibujar o escribir con este convertible.

Como nota aparte, al usar la entrada de texto con el lápiz habrá un proceso en segundo plano llamado «cargador de CTF» que va a consumir bastante CPU, en torno al 40 %, y el N100 no es un procesador como para tener un proceso pesado en segundo plano. Recomiendo finalizarlo después de usar el lápiz.

Autonomía

Este equipo tiene una batería de 39.14 Wh (5150 mAh), por lo que es un tamaño comedido para no añadir aún más peso al equipo. Para tareas del día a día, como navegar por internet o ver vídeos, el equipo tiene autonomía para unas cinco o seis horas, aunque habrá que controlar bien qué se está ejecutando en segundo plano. En algunos casos, con un brillo de pantalla comedido, podría alcanza las seis a siete horas.

El cargador es de pequeño tamaño, de 36 W (12 V y 3 A), aunque lo más práctico es usar cualquier cargador USB tipo C que se tenga por casa ya enchufado, o usarlo con un monitor con este tipo de conector para ahorrar espacio. Puede tardar un par de horas en recargarse la batería totalmente desde cero.

Temperaturas, consumo y ruido

El terreno de la refrigeración está cubierto con un único ventilador de pequeño tamaño y grosor porque el equipo realmente no consume mucho. Haciendo trabajo ligero está en unos 10-15 W, mientras que si el procesador está al máximo puede consumir sobre los 20-25 W. El procesador tiene puesto un caloducto de cobre con un disipador de cobre al final del mismo.

Cuando se usa en el día a día prácticamente no hace ruido. Se podría escuchar si se está muy cerca del equipo, lo cual puede ocurrir cuando se use como tableta. En una prueba de rendimiento como es Cinebench R23, en su versión de diez minutos, suele hacer un ruido solo ligeramente más alto, pero ya sí podría escucharse trabajando con el equipo. Al final de la prueba puede hacer un ruido sobre los 32 dB, siendo aún más claro que el ventilador está funcionando.

La temperatura del procesador llega a los 80 ºC (∆53 ºC). En reposo la temperatura es alta, sobre los 50 ºC (∆23 ºC) para evitar que el ventilador haga ruido. No es problemático y el equipo tampoco se notará caliente.

Conclusión

Los portátiles económicos con Windows son bastante buscados, y más si son convertibles. El problema que tienen es que es muy difícil de equilibrar su diseño y potencia por lo que al final hay que decantarse por una de esas características. El FreeBook de Chuwi entra en este terreno de los convertibles económicos, ofeciendo un gran diseño para lo que cuesta, por lo que donde flaquea es en su potencia. Pero aun así para las tareas cotidianas es un modelo que va bien, por curioso que parezca.

Un procesador como el N100, de solo cuatro núcleos, dista de ser indicado para trabajo profesional, pero sí servirá bien para ofimática y mutlimedia. De hecho, la gran ventaja que tiene para su precio es que la pantalla está bastante bien. Vamos, no es la mejor pantalla que he visto en un portátil, pero es mucho mejor que la mayoría de pantallas que se ven en portátil de 400 euros o menos. Además es táctil y compatible con lápices, por lo que tampoco se puede pedir mucho más en este terreno.

El diseño acompaña a la perfección porque es el punto fuerte del FreeBook N100. Su sistema de bisagras permiten abrirlo 360º para usarlo como tableta, y aunque no es de caracasa metálica da bastante bien el pego. No es especialmente fino, pero tampoco es especialmente pesado. Resulta un convertible bastante manejable.

Junto con una buena conectividad inalámbrica, una autonomía decente aunque podría ser mejor, y un funcionamiento silencioso, alguno podría ponerle la pega de que solo tiene puertos USB tipo C. Bueno, es el precio a pagar para que no sea demasiado grueso y ni demasiado pesado. Los dispositivos ya empiezan a salir solo con conector USB tipo C junto a un adaptador a USB tipo A, y eso es el futuro y hay que abrazarlo ya.

En general, el FreeBook N100 no es el portátil más rápido del mercado —de hecho, es de los más lentos por el N100—, pero ofrece diseño, suficiente fluidez en el día a día, y una buena pantalla, por lo que para el usuario adecuado puede ser una buena compra. Lo que no haría sería comprarlo para hacer un uso continuado del lápiz, porque hay digitalizadoras de precios similares o solo un poco más caras que van a ser mejores.

El FreeBook N100 se puede comprar en la web de Chuwi por 297 euros con el código GEEKTOPIA5.

Puntuación