Intel tiene hoy en día una buena arquitectura gráfica cuyo problema en la práctica son los controladores porque en muchos juegos no van finos. Ahora son bastante menos juegos que hace dos años, pero sigue siendo un pequeño problema que se ha solucionado en parte con la arquitectura Xe2, pero no está presente en los Core Ultra 200S para PC de sobremesa. Aun así, la capacida de sobrefrecuencia de estos equipos ha hecho destacar a la iGPU del Core Ultra 245K hasta ponerla en el rendimiento de una GTX 1650.
Esta iGPU es de cuatro núcleos Xe, o 512 sombreadores, que normalmente funcionan hasta a 2 GHz. La sobrefrecuencia permite subirla hasta los 3 GHz, un cincuenta por ciento más, por lo que su potencia de cómputo pasa de 2 TFLOPS a los 3 TFLOPS, que es más o menos la potencia de cómputo de la GTX 1650. La arquitectura de NVIDIA da comparativamente más rendimiento en juegos, pero con esta subida se acerca mucho más.
Es por ello que en la prueba 3DMark Time Spy, que tira más de cómputo, rindan similar. De hecho la mejora de rendimiento con y sin ese OC es del 54 %, por lo que es una mejora lineal respecto a la frecuencia de funcionamiento. Al final la puntuación que obtiene, 3798 puntos con poca temperatura adicional de la iGPU, mejora los 3531 puntos de la GTX 1650. Pero esto no quiere decir que en juegos, y no en una prueba de rendimiento, vaya a ser mejor la iGPU del 245K.
Vía: WCCFTech.