Intel despidió la semana pasada a Pat Gelsinger como su director ejecutivo en un movimiento que no da buenas vibraciones a los inversores. El punto candente desde entonces ha sido el de su fundición, Intel Foundry, que lleva unos meses funcionando como división independiente de cara a producir para otras compañías el próximo año. Pero dentro de la estrategia que tendrán que establecer los nuevos codirectores ejecutivos está qué hacer con el servicio de fundición, y no se descarta que tenga que venderse.

Se ha llegado a esta situación debido a que durante el liderazgo de Brian Krzanich y Bob Swan no se aumentó como debía la capacidad de producción de la compañía, provocando fuertes desabastecimientos de ciertos procesadores. Tampoco se dio la atención que se debía a los procesos litográficos, estando estancada la compañía en los 14 nm más de un lustro. Por muy buenos que fueran y por bien que se fuera mejorando, seguían siendo de 14 nm.

Pat Gelsinger llegó con la idea de llevar la producción de sus procesadores a TSMC mientras se reforzaba y expandía la capacidad de producción de Intel, y eso ha hecho. El problema es que su plan requería un poco más de tiempo para llevarse a cabo, y la falta de una arquitectura decente para IA ha provocado su caída, pero no es algo que él pudiera establecer en los casi cuatro años que ha estado al mando. Una arquitectura nueva lleva en torno a tres o cuatro años desde que se comienza a desarrollar hasta que entra en producción, y la primera que ha supervisado íntegramente él llegará el próximo año. Si tras eso Intel no consigue destacar en IA, entonces se podrá decir que Gelsinger no hizo nada bueno en su paso por Intel.

Así que uno de los nuevos codirectores, Michelle Holthaus, ha dicho que por el momento la venta de la fundición no está sobre la mesa, pero que alguien tendrá que decidir en el futuro próximo que hacer con Intel Foundry. O sea, el próximo director ejecutivo porque los actuales son temporales. Ha indicado que van a acelerar los planes para que funcione como una entidad totalmente separada de Intel como subsidiaria para poder prestar adecuadamente su servicio de fundición, pero que por el momento no venderán esta división. Intel Foundry tendrá su propia junta directiva, en lo cual ya están trabajando.

Así que Intel está valorando hacer lo que ya hiciera AMD con la venta de GlobalFoundries: centrarse en el diseño de procesadores y dejar el quebradero de cabeza que es su producción a otras empresas. AMD tuvo un tiempo de incertidumbre, sobre todo tras el fiasco de desarrollo de los 7 nm de GlobalFoundries que supuso un fuerte revés, pero del que luego ha salido reforzada por pasar toda su producción a TSMC. El problema es que si solo quedara TSMC para producir chips punteros, los precios subirían por la falta de competencia, y eso al final lo pagaríamos los consumidores. Así que no interesa para nada que Intel Foundry no tenga éxito con su litografía de 1.8 nm que llegará el próximo año.

Vía: Tom's Hardware.