Las empresas chinas han estado aumentando la producción de memoria DDR3 DDR4 desde hace un par de años con la idea de abaratar su coste y atacar a las sanciones de EUA en el terreno de los semiconductores. También está produciendo DDR5, pero está lejos de poder hacer lo mismo. Así que el panorama internacional está inundado con chips chinos de DDR3 y DDR4 que cuestan la mitad que los de las principales compañías occidentales o prooccidentales, las cuales son Samsung, SK Hynix y Micron. Debido a ello, podrían dejarla de producir antes de final de año.

La situación es difusa porque la demanda de DDR4 sigue siendo alta, y ahora mismo las compañías como Samsung están cubriendo buena parte de la demanda a pesar de ser de mayor coste. Básicamente porque los chips chinos no se pueden vender en Occidente. Así que la posibilidad de que dejen realmente de producir la DDR4 es cuestionable. Que la reduzcan es posible, pero los mercados occidentales van a seguir necesitando módulos de DDR4 durante algunos años más. De la DDR3 se produce muy poco y no está sometida a sanciones, así que esa sí pueden dejar de producirla.

Lo importante de esta situación es que las sanciones a China han conseguido todo lo contrario de lo que se pretendía, tanto por parte de Trump en su primer mandato como por parte de Biden. Eso era estrangular a China para que se sometiera a EUA, pero el Gobierno chino ha multiplicado la inversión en semiconductores y el resultado es que ahora tiene la demanda interna de algunos sectores cubierta con producción nacional. Por ejemplo, el de NAND 3D, DDR3 y DDR4, y dentro de no mucho la de DDR5. La producción de procesadores es un tema aparte complicado, por la falta de litografías punteras y volumen de producción suficiente. Pero también está en ello, y dentro de dos o tres años la situación podría ser muy distinta.

Vía: Tom's Hardware.