Warner Bros. ha tenido un buen éxito de ventas en el último título importante que ha distribuido, Hogwarts Legacy, pese a que la izquierda transradical pidió boicotearlo. Eso no ha impedido que se hayan vendido quince millones de copias del juego y que Warner Bros. haya facturado más de mil millones de dólares, con lo que se ha convertido en uno de los grandes éxitos de la temporada. Seguramente el boicot ha tenido el efecto contrario, porque la mayoría considera que los postulados de la izquierda transradical van contra el sentido común.
Lo curioso de este tema es que el juego tuvo un lanzamiento complicado el pasado febrero, con multitud de fallos y falta de contenido, aunque Avalanche Software ha actualizado continuamente el juego para limar asperezas. Tanto es así que en el último parche, la compilación 1140773 del juego, se han corregido más de 500 fallos de todo tipo. Mucho fallo para vender tanto. Desde el punto de vista técnico es interesante porque integra DLSS 3, FSR 2 y XeSS, además de ser bastante exigente, incluido en uso de VRAM.
El origen del boicot, que claramente es un guantazo en la cara de la izquierda transradical, son los comentarios de J. K. Rowling en favor del feminismo tradicional basado en la realidad científica: solo hay dos sexos, hombre y mujer, y no se pueden cambiar. Eso es ciencia y demostrable, basado en los cromosomas. Sus comentarios van en la línea de que las mujeres sufren abusos por ser de sexo femenino y no de un género inventado ad hoc, por lo que un varón nunca sabrá lo que sufren las mujeres desde que son niñas por mucho que en algún momento quieran convertirse en mujeres, lo cual es una imposibilidad científica.
Tras ese tipo de declaraciones hubo un minitorrente de transactivistas que amenazaron de muerte a la autora y pidieron un boicot del juego y sus libros, incluido aquellos que retransmitían por Twitch, pero que por pura lógica no ha sido atendido por la inmensa mayoría del público. Si algo ha demostrado el reciente boicot a Bud Light, practicado por gente de izquierdas y de derechas por igual, es que el transactivismo se ha vuelto tan radical que las empresas ahora prefieren mantener un perfil bajo en estos temas, salvo las que también son de izquierda transradical. La situación política y económica no está como para ofender a la mayor parte de los consumidores. El éxito de Hogwarts Legacy deja en evidencia los postulados de esta pequeñísima parte de la izquierda.
Vía: TechPowerUp.