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Apple no se ha adaptado adecuadamente en el último año a lo que pide el comprador de un teléfono inteligente y eso se está haciendo notar en los resultados financieros de la compañía. En el segundo trimestre de 2019 ha ingresado 53 800 millones de dólares, que apenas supone un uno por ciento más que en el mismo trimestre de 2018.

Apple ha dejado de dar los números de Mac vendidos, pero se siguen situando en torno a unos 20 millones anuales. Quizás el número podría haber aumentado de no ser porque el MacBook Pro introducido en 2016 llegó con un teclado que no estaba a la altura de lo esperado, y en los últimos tiempos tampoco ha revisado el aspecto de la pantalla. Con tantas opciones con pantallas con pocos marcos, el diseño del MacBook Pro parece un poco obsoleto.

Apple ha estado ocupada en el último año intentando asegurar que sus iPhone de 2020 cuenten con módems de conectividad 5G, y por eso tuvo que llegar a un acuerdo con Qualcomm para enterrar sus disputas legales y asegurarse el suministro de módems 5G. El motivo no es otro que la incapacidad de Intel de desarrollarlos en los plazos previstos, lo que llevó además a que Intel anunciara que terminaba su desarrollo.

Apple se ha quedado atrás en el terreno de los móviles, y a pesar de que los iPhone Xr y Xs se están vendiendo bastante menos de lo esperado, parece que no va a cambiar el aspecto de los iPhone que presente este septiembre. Eso significa que no va a haber un iPhone todo pantalla que es la tendencia actual con modelos como el 7 Pro de OnePlus o el Reno de Oppo como máximos exponentes de hacia dónde se dirige el mercado.

Apple ha estado pendiente en los últimos años de que Intel acelerara el desarrollo de sus módems 5G, pero finalmente ha tenido que agachar la cabeza, sacar el talonario y pagar a Qualcomm una gran cantidad de dinero para zanjar sus problemas legales y volver a hacer negocios. Después de aquel anuncio, Intel indicó que tiraba la toalla en el terreno de los módems 5G, pero ha supuesto una oportunidad para los de Cupertino.

Apple es bien conocida por su tendencia a soldar los chips de memoria a la placa base, si bien fue una sorpresa que la renovación del Mac Mini del año pasado optara por no hacerlo. Eso ha facilitado la actualización de la memoria a un precio mucho más económico que el pedido por Apple, y ha sido un buen revulsivo para las ventas del Mac Mini. Pero los portátiles son otro mundo, y ciertamente Apple no está tan interesado en facilitar su actualización.

Una de las mayores críticas a los MacBook que Apple ha puesto a la venta desde finales de 2016 ha sido hacia el teclado. La compañía empezó a usar unos nuevos mecanismos tipo mariposa con un recorrido de tecla mucho menor pero que, con el tiempo, se ha visto que la suciedad puede hacer que las teclas dejen de funcionar. Me ha ocurrido, y se requiere para solucionarlo unos cuantos golpes a la tecla para desplazar esa suciedad y que vuelve a la normalidad. Eso o pasar por el servicio técnico de Apple.

Las grandes tecnológicas están sufriendo un mayor escrutinio por parte de los reguladores, y si bien Facebook lo es por sus políticas antiprivacidad de sus usuarios, Apple lo es por el enorme impacto que tienen sus productos. Eso llevó a la Comisión de Comercio Justo (CCJ) de Corea del Sur a abrir un expediente a Apple por usar su posición para forzar a las operadoras a aceptar tratos anticompetitivos.

Apple renovó el año pasado el MacBook Air pero, como le viene ocurriendo últimamente en muchos de sus productos, no está exento de problemas. La mayoría de los productos de tecnología los tienen en realidad, pero por el volumen de ventas que tiene la compañía sus problemas, por muy pequeño que sea el porcentaje de incidencia, se terminan convirtiendo en problemas muy extendidos. Y es lo que ha pasado con el MacBook Air de finales de 2018.

Tim Cook es un gran director ejecutivo para Apple, pero uno que está mucho más alejado de la realidad de sus productos. Puede que Steve Jobs tuviera más fallos que aciertos mientras estuvo en Apple y otras compañías, pero al menos tenía claro que lo que primaba era el diseño de los equipos y de los programas que le acompañaban. Tim Cook ciertamente no está interesado en el diseño sino en los beneficios trimestrales.