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Microsoft ha apretado el acelerador en el desarrollo de Windows 11. Inicialmente iba a llegar antes de que terminara el año, pero algunos rumores apuntaban a que podría haberse retrasado hasta 2022. Finalmente la compañía ha dado una fecha concreta para la llegada de su nuevo sistema operativo y es el 5 de octubre. Pero no van a llegar todas las características prometidas en su lanzamiento, y no es que fueran muchas.

Microsoft está preparando cambios en su sistema operativo para acomodar Windows 11 al futuro y la mayoría no serán visibles por el común de los mortales. Por ejemplo, podrá gestionar mucho mejor los procesadores de núcleos híbridos como los Alder Lake. Los cambios evidentes son algunos visuales, para ponerlo en línea a los sistemas operativos de hace una década —va con retraso—, y un par de características mayores útiles para jugones como DirectStorage. Aún en beta, por ahora solo se podía instalar como actualización de Windows 10. Pero por fin está disponible la imagen ISO de Windows 11.

Casi cualquier usuario de un Mac, iPhone o iPad va a tocar un Windows en su día a día pero el problema que hay es que no todo lo que se puede hacer en los sistemas operativos de Apple está presente en el de Microsoft. Una de esas cosas es el gestor de contraseñas de macOS e iOS, que es básicamente el llavero de iCloud. Apple ha eliminado esa traba al incluir el llavero en la versión para Windows de iCloud, la cual está disponible en la tienda de Microsoft.

Microsoft levantó bastante revuelo con la presentación de Windows 11 a finales de junio pero se trata sobre todo de cambios estéticos. Diré que Windows 10 se había quedado muy atrás en ese terreno frente a iOS, macOS o Android, y ha sido un problema que arrastra la compañía en la última década. Se suele decir que más vale tarde que nunca, pero ese tarde significa que Microsoft moderniza Windows un lustro tarde. Y como las betas de Windows 11 van introduciendo nuevas cosas poco a poco, en la recién distribuida introduce cambios a las aplicaciones.

Valve quiere conseguir un gran éxito en el terreno de los dispositivos con el Steam Deck, ese éxito que no consiguió con las Steam Machines, esa pifia garrafal de la compañía que intentó llevar un PC al salón. Sí, como tantos y tantos que ya había por aquella época y que cualquiera se podía montar por uno mismo. Sin embargo, un PC de mano como el Steam Deck es una cuestión aparte y puede ser el exitazo que Valve necesita. Pero lo que más le preocupa a los jugones ahora mismo es si el Steam Deck se podrá actualizar a Windows 11. En principio Valve asegura que sí.

Microsoft anunció hace tres semanas Windows 365, una versión virtual de Windows accesible desde cualquier equipo y orientado a empresas. Hace unos pocos días, la compañía empezó a ofrecer pruebas gratuitas a Windows 365 a empresas, pero la demanda ha sido tal que Microsoft se ha visto obligada a detener el acceso a las pruebas gratuitas porque se ha quedado sin capacidad en sus servidores. La capacidad que tuviera pensada para ellas, porque obviamente sigue teniendo para la versión de pago.

Los tiempos en los que el crecimiento de Microsoft dependían de su sistema operativo Windows han quedado bastante atrás gracias a la buena labor de diversificación que ha realizado Satya Nadella desde que fuera nombrado director ejecutivo en 2014. Eso ha llevado a darle menos peso a Windows y más a la infraestructura en la nube de la compañía, Azure, y para ello ha necesitado desarrollar su propia distribución de Linux que ahora está publicada en GitHub y cuyo nombre es CBL-Mariner. Un nombre poco comercial, pero no es su objetivo.

Microsoft anunció Windows 11, la nueva versión de su sistema operativo que llegaría con una característica que puede mejorar la usabilidad de los juegos como es DirectStorage. Y digo «usabilidad» porque lo que se busca son tiempos de carga mínimos, que entra dentro de la usabilidad, y reducir los recursos consumidos por los juegos. Está en uso en la Xbox Serie X y Sony también tiene su alternativa en la PlayStation 5. Pero lo que hace unas semanas era una característica estrella de Windows 11 hoy se transforma en algo que se podrá usar en Windows 10.

El cambio de hábitos de trabajo por la coyuntura sanitaria está dando la excusa a muchas empresas para promocionar ciertas soluciones de trabajo en la nube, y una de ellas es Microsoft. El anuncio de Windows 365 para empresas pone de relieve la importancia de deslocalizar el trabajo para muchas empresas, aunque también sirve perfectamente para hacer que no haya equipos locales en el edificio de una empresa con información sensible y todo se guarde de manera segura en los servidores de Microsoft.

Microsoft va a ir dando poco a poco información sobre todas las nuevas características de Windows 11, y una de ellas es una tasa dinámica de refresco. Lo ha indicado en una entrada en su blog, explicando los pormenores de esta característica que tiene por objetivo reducir el consumo de batería en portátiles. Está disponible en la versión Insider de Windows 11 ya distribuida, pero solo para ciertos dispositivos.