Se confirman los rumores de hace unas semanas sobre el retraso de la llegada de Cannonlake. Con esto la compañía fabricante de chips le da una patada a la Ley de Moore, esa ley que lleva en vigor desde 1965 (con modificación en 1975) y que dice que cada dos años se duplica el número de transistores en un circuito integrado. En el caso de Intel, sus procesadores.
Con una AMD ausente, Intel ha optado por mejorar sus beneficios sacándole más provecho a las tecnologías de fabricación de 14 nm introduciendo Kaby Lake, una tercera generación de chips a este tamaño de transistores. El cambio a los 10 nm con la generación Cannonlake tendrá lugar en la segunda mitad de 2017, por lo que será más de dos años y medio después de la introducción de los chips a 14 nm.
La generación Haswell de procesadores y su sucesora, Skylake, son las que iban a ser en un principio a 14 nm. Skylake podría ser presentado en agosto, y ponerse a la venta en septiembre u octubre. Intel achaca a la dificultad de obtener un buen rendimiento al proceso de fotolitografía con el que se producen los chips el retraso de la llegada de Cannonlake. Pero aunque ya haya prototipos de chips a 7 nm, si no se pueden producir en masa no sirve de nada para mantener la Ley de Moore.
Vía: PC World.