La batalla legal entre Apple y el gobierno federal está creando adhesiones a ambos bandos. Del lado de la compañía de Cupertino están varios de los gigantes tecnológicos, como Google o Microsoft. Del lado del gobierno federal está buena parte de la opinión pública de Estados Unidos, sus políticos (especialmente los candidatos republicanos a la presidencia), así como las fuerzas de seguridad.
La última adhesión a favor del FBI es la del condado de Maricopa, jurisdicción del infame shérif Joe Arpaio. Debido a la negativa de Apple de cumplir con la orden judicial, las autoridades del condado han anunciado que ya no proporcionaran iPhone a los empleados públicos que necesiten un teléfono móvil para su trabajo. La razón que han dado es que “Apple se ha puesto del lado de los terroristas”, al negarse a colaborar con una investigación legítima.
Desde el condado opinan como el FBI, y es que esto no es más que una maniobra de relaciones públicas por parte de la compañía, como si su anuncio no lo fuera. Quizá si las arcas del condado tuvieran que hacerse cargo de los costes de la versión ad hoc que ha de realizar Apple, se lo pensarían dos veces.
Vía: EnGadget.