Aunque los problemas de diseño que lleguen al cuelgue de los sistemas son más habituales a nivel de aplicación, los chips también pueden sufrir de fallos que lleve a que los sufran. Intel va a tener que hacer frente a uno de estos problemas de diseño que afectan a sus procesadores de la serie Atom C2000.
Estos chips se vendieron para el entorno de servidores en 2013, en versiones de dos, cuatro y ocho núcleos, y son un tipo de sistema en chip (SoC). El problema es de degradación del chip, lo que puede llevar a la incapacidad de que arranque o que deje de funcionar repentinamente. Afecta a uno de los buses que da compatibilidad con los puertos serie y paralelo antiguos, denominado LPC —low pin count—.
Los chips Atom C2000 son de tipo BGA —matriz de rejilla de bolas—, o dicho de otra forma, que van soldados a la placa. Usan el LPC para el arranque, por lo que si se degrada este bus hace que las placas dejen de poder arrancar. En estos chips puede ocurrir en momentos de alto uso, que es donde reside el problema de diseño.
La solución del problema pasa por solucionar el fallo a nivel de diseño del chip, así como cambios en las placas en las que van soldados estos chips. Básicamente, tienen que reemplazar todos los equipos que los han utilizado. Intel indicó en su pasada conferencia de presentación de resultados que iba a apartar una cantidad a un problemas de calidad en uno de sus productos. Estos chips, además de en servidores, también se han usado en NAS y enrutadores.
Vía: AnandTech.