Intel ha tenido altibajos en la producción de los procesadores Coffee Lake. Tras ponerlos a la venta a principios de octubre, no ha sido hasta febrero-marzo cuando han estado ampliamente disponibles. Además, hasta abril no ha anunciado más modelos de procesadores y nuevas placas base. En parte el problema que ha tenido Intel ha sido sobre todo de capacidad de ensamblado y prueba de los procesadores, lo que ha llevado a alquilar o reorientar nuevas instalaciones para ello.
Hasta ahora ha estado usando las instalaciones de Malasia y Vietnam para estas labores de testeo, y ahora también va a usar una de sus fábricas en China para ello. Esto aparecerá reflejado en los procesadores, con procedencia de su instalación en Chengdú. La usará específicamente para el ensamblado y prueba de los chips que conforman los procesadores Core i7-8700K, Core i7-8700, Core i5-8600K, Core i5-8500 y Core i5-8400. La calidad del ensamblado en todas las instalaciones de la compañía es igual, ya que se usan los mismos procedimientos y maquinarias en todas ellas.
Intel está reorientando esfuerzos a los procesadores Coffee Lake, que son los que tienen que mantener el tipo frente a los Ryzen 2000. Otro anuncio importante que ha hecho esta semana es la de la jubilación anticipada de los procesadores Kaby Lake X, que podría estar relacionado con esto o en centrarse en los próximos procesadores Cannon Lake a 10 nm.
Vía: AnandTech.