Si algo ha quedado patente con la pandemia de covid-19 es que el cierre completo de grandes áreas de China entre enero y marzo paralizó la producción de ciertos chips y dispositivos de las tecnológicas, afectando sobre todo a las empresas estadounidenses. Esta situación ha hecho que el gobierno de Donald Trump haya decidido continuar las políticas de «EE. UU. es lo primero» y que vaya a incentivar nuevas producciones en suelo estadounidense.
Intel es el principal fabricante de semiconductores del mundo y desde la Casa Blanca están aumentando los contactos con ella para que desplace más producción de sus chips a EUA. De esta forma, en caso de otra situación como la vivida con el cierre de China o el actual cierre de la India, la compañía podría seguir produciendo mayor cantidad de chips. Para poder conseguirlo sería necesario nuevos incentivos fiscales para que cueste lo mismo producir en los Estados Unidos que en China o la India, si bien es cierto que Intel mantiene ya diversas fábricas de chips en EE. UU.
TSMC también ha sido contactada por la Casa Blanca por su interés de expandir su producción en otros países más allá de Taiwán donde concentra el grueso de su producción. Si esta compañía, la principal en cuanto a producción de chips para terceros se refiere, decidiera abrir nuevas instalaciones en EE. UU., la producción de los procesadores de otras compañías también estaría asegurada, como por ejemplo los de AMD, Qualcomm o Nvidia, empresas estadounidenses que dependen en gran medida de TSMC.
Vía: EnGadget.