La historia de AMD a principios de la pasada década ha estado plagada de las consecuencias de errores conceptuales cometidos a finales de los años 10, con un poquito de mala suerte y malas jugadas por parte de Intel entre medias. Eso llevó a que entre 2013 y 2017 la cuota de mercado de AMD descendiera hasta un mero 9.1 % en 2016, según los datos de la empresa Mercury Research. Sin embargo, los procesadores Ryzen son otra historia.
Según la misma firma de análisis, AMD ha ido aumentando lenta pero inexorablemente su cuota de mercado hasta tener el 19.2 % en el segundo trimestre de 2020. Esto ha propiciado también los estupendos resultados económicos que ha tenido AMD en el trimestre, y abre el camino a seguir mejorando su cuota de mercado en posteriores trimestres. Será aún más rápido si los Ryzen 4000 de sobremesa con arquitectura Zen 3 suponen un nuevo empujón superior al 10 % de rendimiento.
Hay cierta prisa en Intel por rehacerse después de dos años de problemas de producción con sus 10 nm, que en realidad es una tecnología que debería haber llegado hace bastante más. Puesto que AMD no está ligada a sus propias fundiciones de chips ha podido aprovecharse de los 7 nm para crear la potente alineación de procesadores Ryzen 3000 y Ryzen 4000, y eso continuará en los próximos años. Lo más cercano que tiene Intel para competir algo con AMD son los Tiger Lake de nueva arquitectura, que ya se verá qué aportan al mercado de portátiles, porque el de sobremesas no lo catará hasta finales del año próximo como pronto. Mientras tanto, AMD seguirá haciendo el agosto con sus Ryzen.
Vía: Tom's Hardware.