AMD redujo hace unos días su previsión de ingresos del tercer trimestre en 1100 millones de dólares debido a la baja demanda de los procesadores Ryzen. La coyuntura económica actual no es idónea para que los ciudadanos gasten en este tipo de productos, además de que muchos ya renovaron sus equipos durante el primer año y medio de pandemia y no necesitan cambiar. Sea como sea, los rumores actuales apuntan a que AMD habría reducido la producción de los Ryzen 7000 debido a la floja demanda.
Tampoco sería de extrañar porque como plataforma con DDR5 y PCIe 5.0 es bastante más cara que comprarse un 5800X. Las placas base B650 se sitúan sobre los 200 euros y las X670 sobre los 300 euros, y el 7600X son 370 euros. Pero todo ello está bajando porque la demanda es baja. Esta reducción de producción afectaría más a los procesadores en sí que a los chíplets Zen 4, los cuales irán en un futuro a los nuevos EPYC para servidores, que es donde AMD está teniendo un enorme éxito.
Los Ryzen 3000/5000 se estarían vendiendo prácticamente en una proporción 15:1 frente a los Ryzen 7000, ya que dan un buen rendimiento y como plataforma (memoria, placa base y procesador) tiene un coste sustancialmente menor. Hay que irse a la memoria DDR5 de 6000 MHz para que se empiece a notar una cierta diferencia en juegos frente a la DDR4 a 3600 MHz, y aun así incluso con una RTX 3090 no va a compensar el sobrecoste como he mostrado en los análisis de memoria DDR5-6400.
Aparentemente el modelo de Ryzen 7000 más popular sería el 7900X y el menos popular el 7600X, por lo que este último debería bajar más rápido de precio que el resto de los modelos de la serie. Aun así, no parece que vaya a haber problemas de existencias de ninguno de los procesadores Ryzen 7000, y quizás en el viernes negro haya ofertas interesantes de ellos y de las placas base B650/E y X670/E.
Vía: TechPowerUp, WCCFTech.