AMD no es competencia de Intel con sus Ryzen 7000. Aprovechando esto y la coyuntura económica, Intel podría extender más la vida útil de los Core de 13.ª generación con un refresco que tendría planeado para el tercer trimestre de 2023. Al menos si las siguientes trasparencias son auténticas. Esto significaría que los Meteor Lake, inicialmente previstos para 2022, no llegarían finalmente hasta 2024.
Los Raptor Lake conforman una generación creada por Intel al darse cuenta de que no iban a estar listos los Meteor Lake. Estos llegarán con un diseño de módulo multichip, con varios chíplets además fabricados con distintas litografías o proveedores. El chíplet de GPU estará producido por TSMC, y el de núcleos de la CPU estará producido con el proceso de 4 nm de Intel. Un proceso para el que ya está listo para producir en masa, pero que no se sabe qué es lo que va a producir inicialmente con él.
Este refresco de Raptor Lake, a juzgar por otra trasparencia, no necesitaría de nuevas placas base, manteniendo los mismos chipsets que para los Core de 13.ª generación. Las trasparencias también muestran diversos detalles de los Sapphire Rapids, los nuevos procesadores Xeon de Intel que están a punto de ser anunciados y que vienen a detener la pérdida de cuota de mercado de Intel ante los EPYC de AMD.
De ser auténtica esta información, los Sapphire Rapids tendrían hasta 350 vatios de potencia de diseño térmico (TDP), con un chipset recomendado W790 y un zócalo LGA 4677. La memoria sería DDR5-4800 en ocho canales, con conectividad moderna y variada, hasta 112 canales PCIe 5.0 saliendo de la CPU, y las habituales medidas adicionales de seguridad para el entorno empresarial.
Es una serie de procesadores con modelos orientados a las estaciones de trabajo, y por tanto serían para un uso más profesional y no solo de centros de datos como inicialmente se preveía. Llegan hasta los 56 núcleos por procesador y 105 MB de caché de nivel 3, con la capacidad de gestionar hasta 4 TB de RAM.
Vía: Videocardz.