Google quería hacer un desarrollo de su inteligencia artificial generativa de manera pausada, pero GPT-3.5, la red neuronal que puso a ChatGPT en el foco de las noticias el pasado noviembre, ha hecho que acelere sus planes. Bard es la IA de Google, la cual se basa en la red neuronal PaLM, que no es tan buena como el actual GPT-4. Ahora llega una segunda versión de PaLM con la que Google promete una mejora enorme de Bard, lo cual podría situarla a la altura de ChatGPT.

El desarrollo ha llevado apenas un año, habiendo publicado la compañía un informe técnico sobre PaLM 2 que demuestra según Google la mejora frente a PaLM. Entre otras cosas, mejora la capacidad de razonamiento de la IA, su capacidad de traducción multilingüe y su ayuda en la creación de código. Se han añadido mejoras en la categorización de contenido que pueda ser ofensivo, la eliminación de información confidencial, o la evaluación de prejuicios en diálogos o clasificación de contenidos.

La Unión Europea ha dado un paso al frente a la hora de forzar que la trasparencia sea uno de los principios de desarrollo de estas IA. Aunque Google haya prometido que la tendrá, en realidad ha empezado a dar cada vez menos información de lo que está haciendo con PaLM y con su sistema de IA en general. Se desconoce prácticamente todo de GPT-4, pero de Google se desconoce el núcleo de lo que hace y deja de hacer a la hora de contestar al usuario. No se conoce con qué han sido entrenadas o qué material usa para dar sus respuestas, si los textos que crean tienen derechos de autor o no.

Pero el caso es que estas IA seguirán evolucionando, y el siguiente paso para Google será Gemini, una nueva IA que está en entrenamiento. Bard está ya disponible para usarse en la mayor parte del mundo, salvo en Canadá y la Unión Europea, que son las regiones donde se están desarrollando las primeras leyes sobre inteligencia artificial para evitar desmanes por parte de sus desarrolladores y para proteger los derechos de autor del contenido que usan para su entrenamiento.

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Fuente: Google (documento). Vía: Ars Technica.