Microsoft ha jugado con fuego con la polémica característica de Recuperación (Recall) porque ha provocado el rechazo frontal de expertos en seguridad y de los usuarios. Estará disponible en la actualización 24H2 de Windows 11, aunque inicialmente para los dispositivos Copilot+ como aquellos que integran un procesador de Qualcomm. Tras un pequeño glitch en una de las versiones beta, en la que daba a entender que se podía desinstalar, al final Microsoft ha confirmado que no será posible.
Esta característica utiliza la NPU del procesador para ir tomando periódicamente pantallazos para luego procesarlos por IA y saber qué aparece. Recuperación permite luego preguntar a Windows cuándo vio esta o aquella página web, cuándo vio fotos de un portátil determinado o cualquier otra pregunta que se le ocurra al usuario. O cualquier otra cosa que haya visto, como webs bancarias, contraseñas que tenga escritas en alguna parte, el tipo de vídeos porno que ve, o cualquier otra cosa que haga el usuario con el PC.
Recuperación es un software espía en toda regla. En la primera iteración Microsoft ni siquiera daba la posibilidad de deshabilitarlo, y las capturas ni siquiera se almacenaban cifradas. Ahora la da, pero lo que se está pidiendo es que se pueda desinstalar porque un programa de este tipo en cualquier PC es el sueño húmedo de cualquier gobernante. Se podría usar algún otro fallo de Windows para activar Recuperación sin el conocimiento del usuario y luego extraer toda la información sin su consentimiento.
Esas cosas han pasado mil veces anteriormente, y Microsoft está empeñada en que vuelva a pasar con esta puta subnormalidad de característica que va a añadir a Windows. La moraleja de la historia es que será mejor que os quedéis en la actualización 23H2 de Windows 11, u os busquéis una distro de Linux con la que os sintáis cómodos, porque está claro que los gobiernos, y especialmente el de EUA, están obligando a Microsoft a volver a los tiempos de PRISM porque, bueno, es intolerable que el ciudadano tenga privacidad y libertades en las democracias occidentales.
Vía: Tom's Hardware.