Intel está rehaciéndose tras un malísimo 2024, y le va a costar levantar durante 2025 debido a que ha cedido las ventas de procesadores de sobremesa a AMD. Los Core Ultra 200 no están a la altura en juegos, que es lo que mueven las ventas del sector, aunque para uso general y profesional pueden estar mejor. Así que habrá que esperar a lo que saque Intel en 2026, los Nova Lake, para ver si consigue remontar en este sector, y puede que así sea. Los últimos rumores apuntan a que alcanzarían los 52 núcleos.
El rumor previo era de 48 núcleos, aunque el desglose de esos 52 núcleos sería de 16 núcleos P, 32 núcleos E y cuatro núcleos LP. Sin multihilo simultáneo, que eso no parece que vaya a cambiar en las arquitecturas de Intel en el futuro cercano porque la compañía ha preferido cortar de raíz ese vector de ataque en sus procesadores que le ha llevado por la calle de la amargura en la última década.
Los Nova Lake HX para portátiles, que usarían el mismo diseño que los de sobremesa, estarían limitados a 28 núcleos: 8P+16E+4LP. No tendrían una iGPU potente, aunque la NPU podría ser decente. Los Nova Lake H usarían un diseño distinto, con un chíplet para la iGPU en condiciones, y serían de hasta dieciséis núcleos: 4P+8E+4LP. Aquí Intel podría cambiar su orientación para reducir la variedad de procesadores en el mercado, que es una simplificación que ha empezado a hacer con los Core Ultra 200.
También se vuelve a sacar el rumor de un futuro procesador con solo núcleos P y una caché de nivel 3 de 144 MB, que haría de competidor de los Ryzen X3D de AMD. Una mayor caché suele beneficiar a las tareas repetitivas, y los juegos tienen tendencia a hacer muchos cálculos repetitivos.
Vía: Videocardz.