Blizzard ha creado bastantes expectativas con la expansión Battle for Azeroth de World of Wacraft (WoW), a través de una serie de cinemáticas y de intentar avanzar aún más la historia del juego, ahondando en la lucha entre la Horda y la Alianza. Eso le ha valido a la compañía un éxito arrollador de ventas, ya que en su primer día de estar disponible ya contaba con 3.4 millones de copias vendidas. Por tanto, es la expansión de WoW que más ha vendido en su primer día hasta el momento, y es de esparar que las ventas del primer mes sean igualmente abultadas.
Esta expansión añade dos nuevas zonas de juego —Zandalar y Kul Tiras, cada una con tres subregiones— y una historia de fondo que pone de relieve la guerra entre la Alianza y la Horda, tras arrasar esta última la isla de Darnassus por orden de su jefa de guerra, que es ahora mismo la señora Sylvanas. En las próximas semanas se abrirá vario contenido nuevo en el juego, como el primer frente de guerra para veinte jugadores, Stromgarde, la primera banda, Uldir, y empezará la primera temporada de JcJ.
La zona de la Horda se centra en la historia de los troles de Zandalar, mientras que la de la Alianza se centra en los piratas de Kul Tiras. Resulta bastante más interesante el empiece de la Horda que la de la Alianza. En esta ocasión, al llegar a las nuevas tierras se proporciona un objeto único, el collar Corazón de Azeroth, a los jugadores para que vayan mejorando su nivel obteniendo azerita de diversas misiones, tareas y misiones de sus seguidores, entre otras fuentes. También las hombreras, peto y casco son más especiales en esta ocasión, ya que se ofrece a los jugadores la posibilidad de elegir habilidades para ellos a medida que se desbloquean niveles del Corazón de Azeroth. Hay bastante cambios de las clases de juego, pero el espíritu es el mismo que en el de la expansión anterior, y está bastante bien por lo que he podido jugar hasta ahora.