AMD se ha tomado con calma llevar al mercado el chipset generalista compatible con PCIe 4.0, pero las placas base que usen el nuevo chipset B550 van a llegar al mercado en junio. Junto a la puesta a la venta de los procesadores Ryzen 3 3100 y 3300X, la compañía ha repasado las características de este nuevo chipset, dejando algunas afirmaciones jugosas como que será junto con el X570 los únicos compatibles con los procesadores Ryzen 4000 de sobremesa con arquitectura Zen 3.
Este chipset permite utilizar los canales PCIe 4.0 de los Ryzen 3000 en adelante, y eso hará que las placas base que usen el B550 pueden usar los dieciséis canales PCIe 4.0 que los procesadores tienen para la tarjeta gráfica. Solo en algunos escenarios concretos puede ser interesante tener PCIe 4.0, como por ejemplo al usar una RX 5500M con 4 GB de VRAM que es fácilmente saturable para evitar una parte de la pérdida de rendimiento —y solo en algunos juegos—, pero en el resto de situaciones PCIe 3.0 es más que suficiente.
Del procesador también salen cuatro canales PCIe 4.0 para poder mover una unidad de estado sólido con esta interfaz, aunque hay que tener en cuenta que las SSD PCIe 3.0 más veloces no dan una sensación de uso muy distinta a las PCIe 4.0 —salvo que se use a nivel profesional para bases de datos o similar, donde se puede notar una mejora—. Esta conectividad es por el momento un poco engañosa sobre lo que aporta al usuario final —que es básicamente nada realmente útil, salvo en escenarios muy, muy, muy concretos—.
Este chipset ofrece también conectividad USB 3.1, salida de vídeo por HDMI y DisplayPort a través de distintos controladores, y los canales PCIe de propósito general son PCIe 3.0. AMD insisite en que hay más de sesenta diseños de placas base con el B550 en desarrollo, y algunas tienen pinta de ser muy caras y de caer en el terreno de precio de las X570. El tema del precio es algo que ahora mismo me inquieta.