La era de la inteligencia artificial se le está quedando grande a los publicistas, porque realmente no saben cómo publicitarla. Así que se lo dejan a los becarios, «que de esto saben más». Son veinteañeros con pavor a hacer las cosas mal, así que se enfocan en que las IA hagan todo perfecto por ellos. Y el resultado está siendo una serie de anuncios nefastos en el que sobreentienden que las IA tienen que reemplazarnos en todo en lugar de ser una herramienta para ayudar y mejorar nuestras propias aptitudes. La última en tropezar en esa piedra ha sido Google con su anuncio Dear Sydney.
Se ha estado emitiendo con motivo de los JJ. OO., pero tras el aluvión de críticas la compañía ha optado por retirarlo y por pedir disculpas. Como Microsoft o Apple antes, lo que dan a entender es que la IA viene a sustituir al humano en cosas básicas. En este caso, que los niños ya no hace falta que sepan redactar una carta de agradecimiento a otra persona, la vallista Sydney McLaughlin-Levrone, porque la IA hará la carta perfecta por ellos.
Y quien dice una nota de agradecimiento dice cualquier comunicación que tengan que enviar. Así que el futuro que ven los becarios publicistas de Google es uno en el que las IA se comunican entre sí en lugar de hacerlo las propias personas. Porque si no sabes hacer algo, la IA lo hará por ti. No hace falta que aprendas nada ni que sepas nada. Mejor sé una oveja ignorante fácilmente manipulable por los políticos.
Digo respecto a este anuncio lo mismo que digo siempre: la publicidad de las IA se tiene que centrar en que son herramientas para los humanos, no sustitutos. Si tienes escrita una carta, para lo que debería servir es para ayudar a detectar problemas de redacción o a detectar que no se está transmitiendo claramente la idea. Es preocupante que los publicistas solo sepan centrarse en que las IA nos van a sustituir en todo a la hora de crear estos anuncios.