Nvidia ha puesto a la venta esta semana la —nuevamente— tarjeta gráfica más potente del mercado. Se trata de la GeForce GTX 1080 Ti, que es según la compañía un 35 % más potente que la GTX 1080. En una buena cantidad de títulos recientes gana los suficientes FPS como para situarse en los 50 a 60 FPS a 4K, y en otros títulos supera los 70 y 80 FPS.

Eso no significa que con los juegos más exigentes gráficamente vaya a conseguir los 60 FPS, como Deus Ex: Mankind Divided, pero la mejora de rendimiento es notable. Además, viene acompañada de unos nuevos controladores GeForce que optimizan el funcionamiento de DirectX 12, que según he podido comprobar esta semana proporciona bastante mejora en algunos juegos, como The Division o Hitman.

Por otro lado, los Ryzen 7 siguen dando mucho de lo que hablar. Por un lado, se ha confirmado un fallo en Windows 10 que evita que el sistema operativo asigne siempre los núcleos de mayor potencia a las tareas más pesadas, como los juegos. Desactivar el multihilo o SMT en la BIOS de las placas es la mejor forma de ganar rendimiento adicional en juegos.

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